Comenzó a filmar La mosca en la ceniza, a fines de agosto, tras quedar seleccionada por la directora Gabriela David luego de tres castings. Dalma Maradona, integra el elenco de la película junto a Luis Machín, Cecilia Rossetto, Luciano Cáceres, Paloma Contreras Manso y María Laura Caccamo.
Inquieta en el plano laboral, firmó contrato para hacer temporada en Mar del Plata con Fabián Gianola y Carlos Andrés Calvo. Confiesa que no es tarea fácil combinar las jornadas de rodaje y los ensayos teatrales que se vienen, sin descuidar sus estudios en el Instituto Universitario Nacional de Arte (IUNA), pero lo que le sobra es fuerza de voluntad. “Como dice mi profesora de actuación –Analía Couceyro– siempre es mejor un actor inteligente que uno tonto.”
—¿Cómo elige los trabajos?
—Hace muy poco cambié de representantes y eso influyó mucho. Volví a Ianina Grimblat y a Juan Martín Aduriz, porque me gustan que me lleven a los casting. Pedro Rozón era muy bueno también, pero tenía figuras muy grandes como Ricardo Darín o Julieta Díaz, por lo cual no tenía contacto con las audiciones. Tal vez la gente no lo crea, pero a mí me encanta probarme en distintos papeles. Me sirve y me hace crecer como actriz. Para esta película hice tres pruebas y, aunque no sea un papel importante, me gusta mucho.
—¿Sabía que iba a interpretar a una prostituta?
—Sí, la gente cree que hago sólo de prostituta, pero la historia que hay detrás es mucho más densa. Son adolescentes que fueron raptadas de sus casas y obligadas a prostituirse. La película muestra la trata de personas y se centra en la amistad de dos jóvenes en ese ambiente (Contreras Manso y Caccamo). Mi personaje ya estaba en el prostíbulo cuando ellas llegan.
—¿Por qué aceptó introducirse en ese mundo?
—Implicaba un desafío, no lo había hecho nunca. Sólo había interpretado adolescentes en situaciones muy normales. Cuando me entrevisté con la directora me propuso teñirme el pelo y estuve de acuerdo con esta transformación. Mi personaje es de una chica que está todo el tiempo drogada, sin comer, borracha y abusada, pero demostrando que nada le afecta. Es un desafío y un gran aprendizaje, tengo escenas con Cecilia (Rossetto) y es maravilloso, y también con Luciano Cáceres. Todos tienen una experiencia invalorable, desde los maquilladores hasta las vestuaristas.
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