ESPECTACULOS
OSCAR MARTÍNEZ

“El arte te ayuda a soportar el mundo y también a entenderlo”

El actor esta nuevamente filmando en España Competencia oficial, junto a Antonio Banderas y Penélope Cruz. Fue celebrado por el Festival de Málaga y junto a PERFIL recorre su carrera, el éxito actual y la Argentina de hoy.

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RECONOCIMIENTO. El actor actualmente se encuentra filmando en España junto a Penélope Cruz y Antonio Banderas el largometraje Competencia oficial. | néstor grassi

Siento que me comprometen. Que hay que estar a la altura del reconocimiento que te dan” dice Oscar Martínez. Habla, antes de volver a Madrid a rodar junto a Penélope Cruz y Antonio Banderas, del premio a la trayectoria artística que le dio hace semanas el Festival de Málaga. Premio que el ciudadano más famoso de Málaga, el mismo Banderas, había prometido darle mientras filmaban, antes de la pandemia, Competencia oficial, la nueva película de Gastón Duprat y Mariano Cohn.

La ceremonia, virtual para Martínez, lo sorprendió: “Lo viví de una manera muy emocionante. Es más, debo decir que yo temía que fuera fría la ceremonia, debido a la situación actual, a la distancia. Yo primero hice un reportaje, con José Antonio Vidal, el director del festival, alguien exquisito. Y fue él quien me dio la ‘sorpresa’ que Antonio me daba el premio. Después fue la segunda parte, en una sala, donde pasaban un reportaje que me habían hecho a mí, a principio de año, y eso mechado con fragmentos de películas mías de todas las épocas. Buscaron material desde mis comienzos hasta ahora.” Martínez es celebrado y premiado con una frecuencia que tan solo es el reflejo de su obra, de cómo desde “los 20 años” ha logrado una “vida profesional en algo que amo”. E insiste, hablando de premios como los que ha ganado en festivales como San Sebastián o Venecia o los reconocimientos: “Lo de Antonio, lo de Málaga, fue un episodio muy gratificante y emocionante. Son mimos que de vez en cuando te regala esta profesión tan maravillosa, y que son tan gratificantes como voluptuosos. Y que uno debe olvidar rápidamente, porque no podés quedarte instalado ahí”.

—¿Cómo vivís esos reconocimientos, en términos de lo que implican al obligarte a mirar hacia atrás, en tu vida como artista?

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—Es difícil hablar de uno mismo, o concebirse. Muchas veces siento, aunque suene borgeano, que le pasan a otro las cosas. Principalmente lo que sucede, con estos premios o reconocimientos, es que tomás dimensión del tiempo que ha pasado. Hace casi 50 años que yo trabajo de manera profesional, empecé a los 20 y 21 años. Guau. Has recorrido un largo camino. Cuando veía el video de esta gala, me veía muy jovencito. Y es fuerte. Es difícil de racionalizar. Cuando te celebran fuera de tu lugar de origen tiene una carga adicional, y eso es algo que te da el cine, y que hoy también te da el streaming. Es algo muy potente. Muy estremecedor en un punto. Al mismo tiempo, es como si le ocurrieran a otro. No tengo dónde ponerme yo eso. Diría que hasta me da un cierto pudor. Te dicen “Eres una leyenda” y solo te preguntás ¿estaré tan mayor? ¿Estás preparando todo para qué…?

—¿Qué aprendiste del mundo siendo artista, de este contar que hablás?

—El paso del tiempo es un misterio muy grande. Ver tal producción, y decir, ¡uh, yo tenía 33 años!, ¡uh, esto ya fue hace 20 años! Eso se pierde en uno. Es mucho y nada. Algo que aprendí te lo puedo graficar con lo que sucedió con El ciudadano ilustre o Relatos salvajes, dos películas que trascendieron mucho fuera de Argentina. Eran películas que las creíamos profundamente argentinas. El ciudadano ilustre pensé que era una metáfora muy lúcida de la Argentina. Cuando se dio en Venecia, me decían “ésta es una película italiana”. Después estuve en una avant premiére en Madrid, y yo justo estaba de rodaje ahí, y todo el mundo me decía “esto es una película española”. Hasta me contaban anécdotas concretas. Entonces, lo que puede confirmar, contando, cuando algo (aunque tenga una identidad muy concreta) no se reniega al costumbrismo, puede transcender mucho más, puede ser universal.

Con Relatos salvajes pasó lo mismo, estaba Almodóvar y todos nosotros. Había celebraciones de aplausos en medio de la sala en Cannes, en medio de la película. Al final, todos se pusieron de pie, y fue una ovación que duró literalmente 15 minutos. Justo lo tenía a Almodóvar al lado, y le pregunté: ¿Esto no pasa todos los días, no? Y me dijo algo genial: “Sí, pero esto no tiene nada que ver con el jurado”. Y después pasó eso: no ganó nada en Cannes. Pero fue un punto de inflexión que originó su explosión mundial.

—Actualmente estás rodando en España nuevamente con Gastón Duprat y Mariano Cohn ¿Cómo vivís ese actuar con actores como Banderas o Penélope Cruz?

—Son estrellas mundiales, sin dudas. Es cierto, pero actuar es como jugar a la pelota. Finalmente, vas y jugás. Ponele como un jugador de fútbol que llega dessde el barrio a jugar con grandes figuras al fútbol mundial en la Liga de Inglaterra. Eso pasa también trabajando. El actor argentino es generalmente muy considerado, por la crítica, por los directores. Tuve suerte de ganar en San Sebastián, en Venecia. Todos hablan del nivel alto de la Argentina. E incluso pasa entre profesionales, con gente como Javier Bardem o Penélope, que tienen en alta consideración a los argentinos.

—¿Qué aprendiste, entonces, de Argentina creando y actuando en momentos tan diferentes de su historia?

—Siempre me focalicé mucho en el trabajo, en mi carrera profesional. Fui muy selectivo, y muy… no quiero sonar presuntuoso porque no creo que lo haya conseguido… de buscar la excelsitud. Escribí un libro sobre el trabajo del actor, que se llama Ensayo general-Apuntes sobre el trabajo de actor. Lo que recuerdo es que cuando se estrena La tregua, que yo tenía 24 años cuando la rodé, todos me auguraron un futuro muy promisorio en el cine. Y con el Golpe de Estado, no filmé hasta el 83 y el 84. Fui prohibido, pero me focalicé, ya que me quedé, que ocurriese lo que ocurriese no me iba a correr del eje de mi carrera profesional, iba a seguir cultivándome. Eso hice, protegerme para que eso fuera posible. Y esa conducta es la que he tenido siempre. Para mí la profesión no es un medio de vida, sino un modo de vida.

—¿Cómo definirías al arte considerando lo mucho que ha ayudado en estos días a varios en el encierro?

—El arte te ayuda a soportar el mundo, aunque no sea un artículo de primera necesidad. ¿Cuán desangelada sería la vida sin música? Eso pasa con lo que el arte es capaz de producir. El arte te ayuda, en nuestro caso, a pensarnos a nosotros mismos, además de entretenerte, a estar menos solo, a comprender mejor el fenómeno, a volverte más piadoso, más comprensivo, a entender a los demás. Lo que ha sido muy necesario, porque me ha pasado y lo veo, fue el streaming, cómo han acompañado a la gente las películas y las series. Se convirtió en algo casi de primera necesidad en esta época de encierro y aislamiento.

 

Futuro incierto 

—¿Cómo ves este momento para los artistas argentinos?

—Este es un momento muy peculiar. Yo no recuerdo otro igual. Es un momento muy duro. Siempre es una profesión con una incertidumbre general, a la que te acostumbrás. Pero donde somos muy pocos los que podemos soportar estar un año sin trabajar. En la época de la dictadura, yo tenía que salir a hacer otras actividades. Recuerdo estar esperando la quincena de Canal 13 (bueno, eso antes de la dictadura, porque me prohibieron y en Canal 13 tenía la entrada prohibida) porque si no, no podía comprar comida. Hay un porcentaje de la profesión que vive de lo que van ganando, no tienen la posibilidad de ahorrar. Este fue un año fatídico en todo sentido, para muchísimas actividades.

—¿Y cómo ves el posible futuro del medio?

—Habrá protocolos sanitarios que pueden hacer no sustentable determinados proyectos: en España se reactivó, pero se reduce mucho quiénes pueden ir a las salas. Y después queda ver cuándo la gente pierde el miedo y vuelve a las salas. Yo tenía temporada con Norma Aleandro, de mayo en adelante, y eso quedó suspendido. Ahí ya estaba realizada la inversión, había buena parte de la escenografía. La verdad que es un año atroz. Este año y buena parte del año que viene esto va a tener consecuencias muy grandes sobre el teatro, los conciertos, el cine. No quiero victimizar al colectivo al que pertenezco, porque son muchas las actividades que se vieron afectadas.