Roberto Giordano vivió el viernes una tarde de furia, minutos antes de que comenzara su tradicional desfile de moda en el hotel Conrad del Punta del Este. El peluquero golpeó una puerta, prepoteó a un seguridad y hasta amenazó, indignado, con cancelar el evento porque el ingreso por el que quería entrar al escenario estaba cerrado.
De imprevisto, el peluquero apareció vestido todo de blanco en uno de los salones de exposiciones del Conrad, donde iba a ser el ingreso VIP. Cuando llegó a la puerta, intentó abrirla y descubrió que estaba cerrada. En seguida su amplia sonrisa se borró en cuestión de segundos. Giordano empezó a golpear la puerta más y más fuerte. No había respuesta del otro lado. Las promotoras del evento lo miraban con asombro mientras se seguían maquillando.
“¡Llama al de seguridad que está allá! ¡Al de bigote! ¡Aquel de allá, allá, allá!!", les ordenó. Dos minutos después, el hombre señalado llegó y Giordano comenzó a increparlo. “¡No puedo abrir, no puedo entrar!”, dijo. “Ya te vamos a abrir, a las ocho, da la vuelta”, le contestó, inocentemente, el hombre de la organización. Esa respuesta fue demasiado para el ánimo del peluquero, acosado por la quiebra de su marca Roberto Giordano, decretada el 30 de diciembre pasado por deudas de más de 2,5 millones de dólares.
“¡Pero vos estás loco de la cabeza!”, lanzó sacado, mientras el seguridad se mantenía en silencio detrás de la puerta cerrada. “¿Quién dio la orden esa? Tienen que abrirme a mí, yo no voy a dar la vuelta”, agregó y frenético tomó su celular. “Quiero que me abran para entrar por un lugar interno, no puedo entrar por donde lo hace el público”, se molestó.
Mientras caminaba lejos de la puerta de la polémica, continuó con su diatriba de quejas: “¿Qué es esto?”, se preguntó y amenazó con cancelar el desfile que año a año produce en Punta del Este, frente a la playa La Mansa. “Si no me abren la puerta interna no hay desfile”, desafió y desapareció por otra puerta en busca de una entrada al escenario.
Polémica patrimonial. El desfile de este año de Roberto Giordano contó con el condimento especial de su quiebra, que él ha negado una y otra vez, aclarando que la que se fundió es “una empresa de la que soy un empleado". Más allá de eso, lo concreto es que el apellido del peluquero se ha instalado en los medios por este problema judicial, por el que se dijo que se le inhibieron bienes, cerraron cuentas y hasta se le prohibió salir de Argentina, cuando él ya estaba en Uruguay ultimando lo detalles del evento que, finalmente, ayer encabezó.
Es por eso que Perfil.com quiso saber si el peluquero sentía que haber hecho el desfile era una suerte de revancha o renacimiento, ya que por sus problemas económicos se lo daba por descartado de la temporada. “No es así, yo todos los días estoy renaciendo, te felicito por venir acá y gracias, va a empezar el desfile”, afirmó evasivo y todavía exaltado porque no pudo entrar por donde quería.
Luego agarró el micrófono y se quejó a todo volumen. Se lo notaba todavía enojado. Como él mismo diría: ¡Qué noche Teté!
(*) de la redacción de Perfil.com, enviado especial a Punta del Este.
