ESPECTACULOS
terror

El miedo que enfrenta a los tanques

Pese a debutar en pocas salas y a sus presupuestos reducidos, los films de género producen ganancias multimillonarias y abarcan casi el 10% de los estrenos en nuestro país. It, el mayor récord.

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Pánico. El legado del diablo es éxito de crítica y público en todo el mundo. It (foto), del argentino Andy Muschietti, prepara secuela. | cedoc

It (Eso) es la clave. El payaso fue el récord. Ya venía anunciando (como ahora ya se anuncia el rodaje en curso de la segunda parte) el furor inesperado que logró el día del lanzamiento de su tráiler en YouTube, donde alcanzó 246 millones de vistas en tan solo 36 horas. No estamos hablando de Star Wars, Avengers o La Bella y la Bestia, sino de una obra de culto en los fans del género y para una generación criada al fuego del VHS. It (Eso) es ahora el mascarón de proa que hace que películas como la celebrada El legado del diablo lleguen rápido a la cartelera (se la lee como la nueva gran película del género actual y posee 84.074 espectadores desde su reciente estreno) o que Netflix se haya atrevido a estrenar en cines su película El ritual que luego irá a su streaming, o que cuatro films de género locales (la excelente Aterrados, Necronomicón, Los olvidados y Luciferina) se estrenen juntas entre marzo y mayo. Es decir, la película del argentino Andy Muschietti es la punta de un iceberg que genera un movimiento comercial y de público único: la rentabilidad del cine de terror versus las películas saturadas de marketing. Por ejemplo, It costó al estudio que la produjo, Warner, alrededor de 35 millones de dólares y logró una recaudación global de 700.381.748 dólares. Multiplicó el presupuesto por veinte, lo cual un tanque superheroico jamás soñaría.

PÁNICO EN CASA. It (Eso) es la película más vista de terror en Argentina y la cuarta más vista de 2017: logró 1.882.946 espectadores y fue distribuida por Warner. Superó entonces si hablamos solo de terror a El conjuro (2013), que era dueña del récord previo (también distribuida por Warner, compañía clave a la hora de entender las ventajas de estrenar terror en nuestras salas ya que suman en su haber los cuatro films más vistos del género en nuestro país; sí como precursoras y creadoras de un camino económico a imitar nombres como UIP, Primer Plano, Energía Entusiasta y la hoy fenecida Distribution Company). El conjuro 2 poseía ese récord con sus 1.782.171 tickets vendidos y un costo de producción de US$ 20 millones (US$ 318 millones de ganancia global para el film del fundamental James Wan, producido por The Safran Company y New Line Cinema, subsidiaria de Warner: es clave el rol de productoras que hicieron y hacen cine con poco presupuesto, con nombres no tan conocidos y directores nuevos).

Seguro, no son los números de cantidad de espectadores de films como Minions o Mi villano favorito 3, que superan los tres millones de espectadores y son números 1 en su año de estreno (sea el año que sea). Pero es clave considerar la cantidad de salas ocupadas por el género a la hora de su estreno y sus costos de producción. Hay que tomar en cuenta que en la historia de nuestro cine, al menos del cual hay datos contabilizables y confiables, solo cuatro películas de terror superaron la barrera, siempre soñada, del millón de espectadores.

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EL CLUB DEL MILLON. It es uno de sus integrantes. El conjuro fue el primero del género en cruzar esa barrera a nivel local con sus 1.081.330 espectadores y ocupando el puesto 10º de las más vistas del 2013. Se suman también El conjuro 2 (1.781.832 espectadores y la sexta película más vista del 2016), que en su salto a estrenar en 363 pantallas demostró la fe de la distribuidora en el género (Actividad Paranormal: La dimensión fantasma, estrenada por UIP, ya había salido con 264 salas en el 2015). Se agrega la reciente Annabelle 2: La creación (1.195.991 espectadores, puesto 10º de las más vistas en 2017) que tuvo, como toda esta minilista, uno de los mejores arranques del año, logrando una cantidad de tickets vendidos en sus primeros cuatro días que la dejaba apenas detrás de films obvios en su éxito, como todo Marvel (o cualquier cosa empujada por el marketing de Disney o un film infantil que sea secuela de una saga muy vendedora, como Los increíbles y su actual récord). Annabelle (739 mil espectadores y puesto 16º de las más vistas del 2014) costó US$ 6,5 millones y consiguió US$ 257 millones de ganancia. Todos estos films mencionados son de Warner, están todos basados en el mundo de Ed y Lorraine Warren, investigadores reales de lo paranormal y, más importante, son todos obras a la hora de la producción del cerebro de Walter Hamada (y, claro, James Wan). Pero es Hamada el nombre al cual ahora la compañía recurre para ver si puede salvar y hacer fenómeno económico a sus golpeados superhéroes de DC Cómics. Así de ciega es la fe en quienes han hecho del terror un suceso, antes que nada, económico. Y recién después de culto.

MERCADO DE GRITOS. Vale pensar también en fenómenos que lograron la fórmula del éxito: La bruja, estrenada aquí con poca repercusión en el 2015, costó: 3.500.000 millones de dólares. ¿Sus ganancias? US$ 25millones globales. El ejemplo, quizás el “big bang”, de todo lo que vendría fue la estrenada en 1999, es El proyecto Blair Witch: US$ 60 mil de presupuesto, vendió casi medio millón de tickets en Argentina (en un momento donde eso implicaba un enorme éxito) y US$ 250 millones de ganancia mundiales. La distribuidora Distribution Company se animó en su momento con Actividad paranormal, la saga que salió US$ 15 mil y consiguió US$ 193 millones de recaudación mundial (dato que la hace una de las películas más redituables de la historia). Todas sus secuelas fueron estrenadas aquí por UIP con entradas vendidas más que saludables: Actividad paranormal 2 (552.692), Actividad paranormal 3 (628.912), Actividad paranormal 4 (682.000) y Actividad paranormal 5 (325.954). La mayoría de esas películas poseen un presupuesto que ronda los US$ 3 millones. (Actividad paranormal, Actividad paranormal 2, El proyecto Blair Witch, Con el diablo adentro, La horca, La bruja, Te sigue, Sinister, La noche del diablo, El juego del miedo, y las primeras cinco de esta lista estrenadas por UIP, la fallecida Eurocine –Blair Witch– y Warner superaron los 300 mil espectadores en nuestro país).

It (Eso) ha elevado los números de la participación total en el mercado gracias a sus enorme performance, pero lo cierto es que que desde el año 1997 el cine de terror ha vendido en sus producciones internacionales de Estados Unidos más vistas 9.662.465 entradas (la gran mayoría del mercado del género) y en las locales 355.869 (entre las diez más vistas de 1997 a 2018). El terror ocupa casi un 8% del total del mercado local a un promedio de casi treinta títulos estrenados por año, pero implica, ya desde su producción y su forma de promoción (que no duplica presupuestos globales, como en el caso del cine súper o animado), una diferencia de modelo. Ha logrado que su único miedo sea, precisamente, no dar suficiente terror a su devoto, fiel y querido fan.

 

Alaridos made in Argentina

El cine nacional de terror hace rato que está vivo. Quizás el 2018 sea el año que dejemos de ser obvios al respecto. Cuatro estrenos entre los meses de marzo y mayo con Aterrados, Necronomicón, Los olvidados y Luciferina, más el éxito de FOX con la coproducción argentino-española No dormirás (con sus 95.714 espectadores y sus 182 pantallas), la película de género con producción argentina más vista de nuestra historia deja en claro lo obvio: festivales con una década de vida como el especializado Rojo Sangre, la ayuda fundamental de Blood Window, que desde el Incaa busca expandir oportunidades, ventanas y formas de producción del cine de género, y más de veinte estrenos comerciales en salas desde 2008, hacen imposible negar la actualidad del género, que, claro, solo tiene que ver con el esfuerzo de cientos de directores y directoras y demás equipos técnicos empujando por pasión a su adorado terror y todos sus satélites. Lo que han logrado y ahí su mérito es que tanto quienes logran una buena distribución (Sudor frío junto a Disney y sus ocho semanas en cartel con sus 80.549 entradas vendidas) o quienes fueron precursores como La memoria del muerto (estrenada en 2011 por Primer Plano y logrando 14.389 espectadores en cinco semanas en cartel) es que ya no se hable de fenómeno sino de un modelo económico que sea en un extremo u otro ha logrado mantenerse en pie, y de modo cero muerto vivo y sí más científico loco, apuesta a fórmulas caseras sin pecar de negar costos, formas de exhibición y posibilidades reales de distribución (sobre todo frente a los gigantes Marvel y Disney que todo lo pisan). Si bien todavía falta el film argentino que supere en la franja de 1997 a 2018 de los cien mil espectadores, la barrera no es tanto la meta sino el mantener la luna llena para un cine que sabe, mucho mejor que otros, aullar lo que hace.

*Fuente de datos: Ultracine, con agradecimiento a Carina Rodríguez.