ESPECTACULOS
‘REGRESO EN PATAGONIA’ Y ‘LA GRANJA DE ZENÓN’

El teatro goza de buena salud

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Creación. Entre “Regreso en Patagonia” y “La Granja de Zenón: en Busca del Arcoíris”, el productor ha logrado un estilo que celebra el musical y que lo convierte en un nombre crucial a la hora del mainstream teatral que busca llegar a grandes públicos y ser un suceso. | PRENSA REGRESO EN PATAGONIA / LA GRANJA DE ZENON EN BUSCA DEL ARCO IRIS

No es cierto que todo tiempo pasado fue mejor. La pandemia global nos ha privado de muchas actividades que nunca imaginamos que iban a desaparecer. Ir al teatro, por ejemplo, algo que hacíamos con total naturalidad, desapareció por completo de nuestros planes generando mucha incertidumbre sobre el futuro teatral. Pero teniendo una mirada positiva debo reconocer que también nos ha servido para hacernos reflexionar acerca de la relevancia que tiene la cultura en una sociedad. 

Durante casi dos años, aquellos que trabajamos en la industria del entretenimiento, lo vivimos con mucha incertidumbre. ¿Quién se animaría a producir un espectáculo en esas condiciones con una pandemia de por medio? Incluso cuando se pensaba en “volver”. ¿Respondería el público aunque se le aseguraran las condiciones sanitarias pertinentes? Muchas preguntas y pocas certezas. Con la pandemia aprendimos que el destino nos puede jugar una carta no esperada y que los parámetros a la hora de consumir el entretenimiento, cambiaron. El confinamiento obligó a que se establecieran nuevas reglas: más pantallas y menos vivos. Se digitalizaron las relaciones sociales, laborales y de consumo y lo que parecía ser una moda pasajera, vino para quedarse. Ahora bien: ¿cuáles son las nuevas reglas?¿puede competir una obra en vivo con una transmitida vía streaming? La respuesta es clara: no. El teatro es uno de los pocos géneros que trabaja desde siempre con el vivo, el contacto directo, es un formato único con una sensibilidad completamente distinta a los otros medios; no necesita transformarse porque ese es su encanto, creo que la gente busca reencontrarse en ese plano. Es un formato atractivo y encantador que activa todos los sentidos ofreciendo una experiencia diferente. Y ahí radica el secreto: esa experiencia tan personal es lo que hace que el resurgir sea con creces. El teatro supo resistir y eso se debe a que la gente está ávida de consumir teatro. Siempre fue así, por eso no me sorprende que la gente responda de manera favorable. La reactivación se dio en forma positiva generando una alza en los diferentes sectores, tanto en recitales o conciertos como en obras teatrales. En estas vacaciones de invierno crecimos un promedio 5% más que en comparación con la cantidad de espectadores de la temporada del 2019. Y en el caso de La Granja de Zenón, uno de los fenómenos teatrales infantiles del momento en el cual soy promotor además de productor, nuestras ventas crecieron un 38%. Esto nos demuestra que si existía algún tipo de parámetro o forma de medir el éxito de una obra, todo eso desapareció con la pandemia. 

El presente y la experiencia nos obliga a ponernos más perceptivos y tener mucho cuidado con el costo de las producciones para no morir en el intento. Se debe tener en cuenta ciertos parámetros a la hora de producir en un país como el nuestro, es importante intentar tener en claro cuál es la necesidad que tiene el espectador en el momento en que se planifica estrenar la obra, la realidad social del momento, elegir actores que sean permeables al proceso creativo, buenos directores, un equipo creativo de primer nivel que tenga claro el género y el público al que se apunta. El libro, la dirección, los actores, el teatro, son los pilares para tener un buen producto y por ende vender más entradas. Y lo más importante: generar un buen desglose del gasto operativo, tener un punto de equilibrio bajo para poder sostener la obra hasta que se genera el famoso boca a boca. Si la producción lo soportara, una buena campaña publicitaria (vía pública, radio, tv, redes sociales) para un mayor impacto en los posibles espectadores, que a fin de cuentas son quienes se sienten -o no- atraídos por la propuesta. Y si no sale, barajar y dar de nuevo. Eso también lo aprendimos con la pandemia. Afortunadamente, lo que parecía ser un callejón sin salida para los productores teatrales, finalmente no lo fue. El teatro goza de buena salud y eso hay que celebrarlo.

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*Productor y programador La Granja de Zenón: en Busca del Arcoíris. 

A cargo de la dirección de producción de la comedia musical Regreso en Patagonia.