La bailarina, que trabaja en la Secretaría de Asuntos Políticos y Electorales, en el área de Capacitación Política desde hace más de veinte años, mantuvo en silencio su afición durante dos años. “Ninguno de mis compañeros sabía hasta hace una semana. No me gustaba decirlo porque el que no está en el tema asocia el pole dance con el baile zarpado de Tinelli. Se enteraron porque estuve en el programa de televisión Mañanas informales, donde hice una coreografía”.
Morales agrega que al otro día de estar en televisión en el ministerio “fue toda una revolución. Desde que comencé a practicar, mis compañeros me preguntaban por qué tenía tantos músculos y para no contarlo decía que era por haber comenzado el gimnasio. Pero ya no pude zafar más de la situación. Ahora, todo el mundo me mira y la gente de seguridad no para de elogiarme y decirme piropos”.
Cuando ingresa al ministerio, la profesora de pole dance siente que todos cambiaron la forma de mirarla, “desde que se divulgó que soy bailarina, piensan que soy más liberal, y esto produjo que comenzara a tener más levante”, pero confiesa que no por eso decidió dedicarse a ello: “Yo era bailarina, pero me lesioné los meniscos, por lo que tuve que buscar una actividad más tranquila y me di cuenta de que este baile es muy completo porque ayuda a las mujeres a desarrollar su parte sensual, a fortalecer la parte muscular, pero sobretodo te distrae y divierte”.
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