ESPECTACULOS
Se estrena en cine "A cada lado"

Encuentros y desencuentros a ambos lados del Paraná

El cineasta rosarino Hugo Grosso registraba la construcción del puente Rosario-Victoria para un documental,cuandose dio cuenta de que allí había historias para contar. El resultado es su primer largo de ficción, con historias mínimas y paralelas.

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| Cedoc

El cineasta rosarino Hugo Grosso venía registrando con su cámara, y con la idea de hacer un documental, la construcción del puente Rosario-Victoria, cuando sintió la necesidad de volcarse a la ficción.

“Esa imagen tan fuerte para las dos ciudades empezaba a irrumpir en el paisaje y a crear un idea de progreso, aunque en verdad se trataba de un falso progreso que no cambiaría en nada la vida de las personas, quienes en definitiva seguirían cargando con sus soledades y tristezas”, explica Grosso a perfil.com a un día del estreno de su ópera prima  A cada lado, en los cines de Buenos Aires, Santa Fe y Mendoza.

El director dice que se dio cuenta de que el documental no le alcanzaba para contar el puente y que debió meter mano en la ficción. Porque claro, la burocracia política pensó esa obra para unir, para permitir un tráfico más fluido de personas y mercaderías, pero esto, poco nos dice de nosotros y de las personas que en definitiva lo atravesarán con sus sueños y sus angustias.

A cada lado es un conjuntos de historias mínimans y paralelas que giran en torno a la construcción del puente Rosario-Victoria, y constituyen la trama de esta cinta, que significa el primer largometraje de este realizador. Y justamente, el personaje que apareció al comienzo se parece bastante a él mismo: “Es un documentalista (Miguel Franchi) de unos 50 años contratado por la multinacional que construye el puente y que le encarga un video del proceso de la obra”, detalla Grosso.

Pensando en Oscar Wilde que dice que “todo personaje es autobiográfico”, el cineasta asegura que el documentalista de su película tiene mucho de él: “Con él quise dejar una mirada de los años 70 de la Argentina y de esa contradicción que él lleva a cuestas, la de haber sido un artista comprometido durante ese período y que ahora trabaja para una multinacional. A esta tipo, como a tantos otros de mi generación la realidad, nos pasó por encima”.

Los motivos que llevaron a Grosso a emprender este proyecto, se ligan "a una metáfora que involucra al río, en encuentros y desencuentros. El Paraná, atravesado por una masa de cemento, permitía construir historias vinculadas a personajes arquetípicos, siguiendo la tradición del Neorrealismo italiano. Me interesaba cruzar muchos personajes, en vez de utilizar la clásica narración lineal".

El espectador será entonces el encargado de completar las historias de A cada lado; como la de esas dos hermanas solterotas, muy “lorquanas”, que en Victoria le alquilan un curto a un ingeniero alemán que trabaja en el puente, y de quien se enamoran. Pero el ingeniero, que es gay, mantiene una historia de amor con un transformista (que encarna el actorJuan Pablo Geretto) del otro lado del río, en Rosario. “Entre estos dos personajes no media la palabra, sólo hay cuerpo y piel, sin embargo, se va gestando entre ellos un afecto. Recién al final, el alemán, le puede hablar al transformista, antes no se había animado por miedo a decir lo que sentía”, adelanta Grosso.

También, hay dos niños que viven en un lote frente a la gran ciudad y el papá de uno de ellos se fue a trabajar a Rosario y nunca más vuelve. Estos chicos emprenden una aventura naval que tiene por fin la búsqueda de esa imagen paterna que falta.

Un tópico que el argumento de A cada lado transita es el movimiento que este puente genera entre una orilla y la otra, las idiosincrasias particulares de cada ciudad y de qué manera afectó a las poblaciones de ambas riberas: "Creo que la película refleja los contextos socioculturales de Rosario y de Victoria. Este puente modificó la cultura cotidiana, hubo una mayor afluencia turística, un deseo de ir a conocer”, asegura.

Pero además, está el viejo (Héctor Bidonde), un vecino de Rosario que vive muy cerca del puente y que siente éste le alterará su vida cotidiana. Es por eso que quiere vender su casa. Este hombre que empieza a pensar en abandonar su hogar que le costó años construir a su vez fue abandonado por su hijo, un empleado público del banco Municipal.

A su vez, el hijo del viejo (Luis Machin), fue compañero de militancia del documentalista, y se reencuentran en el velorio del viejo. Allí enfrentarán a dos modelos productos de los años de dictadura, la de un hombre que la realidad política y social lo pasó por encima (el documentalista) y la de otro (el hijo del viejo) que se acomodó y fue funcional al sistema. Ambos, coinciden, en sentir culpa por estar vivos.

Los elementos comunes que identifican cada uno de esos relatos y personajes son "el espacio y el tiempo" en un momento histórico determinado, desde fines de la década del 90 hasta 2004, cuando la obra fue inaugurada. Además, claro, se encuentran y se desencuentran en el río Paraná.

A cada lado, debió esperar dos años para que se estrene, Hugo Grosso asegura risueño que “es más fácil construir un puente que hacer una película”, sin embargo los puentes no cosechan premios en el exterior y esta película ya tiene dos, al Mejor Guión en el Global Film Initiative y el Premio Swiss Efects en el Festival de Cine de Gibara de Cuba.

DIRECCION: Hugo Grosso
ACTORES: Luis Machín, Héctor Bidonde, Mónica Galán, Miguel Franchi, Juan Pablo Geretto, Julian Knab, Mónica Alfonso, Miguel Bosco, Milagros Alarcón, David Edery, Beto Moyano, Emanuel Rojas, David Olmos.
ESTRENO: 15 de noviembre de 2007

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