Un mal futuro para Tony Blair y su esposa Cherie pensaron los autores de una sátira televisiva del Channel 4 de la TV británica que transcurre en 2010. En la película, que se estrenará la próxima semana, el primer ministro laborista aparece jubilado y con riesgos de ser extraditado al tribunal de La Haya, mientras soldados británicos siguen muriendo en el caos iraquí.
"El juicio de Tony Blair" también imagina que los demócratas, con Hillary Clinton, gobiernan en los Estados Unidos y lo dejan abandonado ante las acechanzas de la justicia internacional. George W. Bush, íntimo aliado de Blair, es representado en su rancho de Texas en un proceso de rehabilitación tras haber estado internado en estado de coma.
Blair vive atribulado, atormentado en "el pequeño Beirut", un suburbio de Londres. Teme ser asesinado por un terrorista suicida, según la sátira que protagoniza el actor Robert Lindsay. El barrio es visto como "espantoso" por Cherie Blair. "No es un buen lugar para vivir cuando tu marido es odiado por 250 millones de árabes", se queja la abogada.
El premier cree ver ataúdes con la bandera británica en la cocina de su casa o cadáveres de niños iraquíes. También alucina con un noticiero que anuncia su muerte luego de que decidiera salir a pasear solo, tal como le ocurriera al científico David Kelly, el científico que según la BBC había admitido que el gobierno laborista había exagerado los males que representaba el régimen de Saddam Hussein.
"Amigos como el cantante Bono, el actor Kevin Spacey o el presidente de Microsoft, Bill Gates, ni siquiera le devuelven las llamadas telefónicas", indica un sitio web que anticipó detalles de la obra.
La película es despiadada. El premier virtual y rival interno de Blair en el laborismo, Gordon Brown, lo acusa de fingir "como Pinochet" cuando parece tener un cuadro cardíaco.
El guionista de la película, Alistair Beaton, confesó que "sería genial" si contribuyese que la opinión pública le cobre a Blair los pecados que se denuncian.