ESPECTACULOS
roberto saviano

“Italia es un país cruel”

El periodista que desnudó el accionar de la mafia y vive en los Estados Unidos asegura que se arrepiente de no haberse protegido más, dice estar orgulloso de haber hecho su trabajo y que la serie de MaxGomorra podrá mostrar el imperio de las empresas criminales.

Duro. El periodista Roberto Saviano desnudó el mundo criminal y pagó un alto costo.
| Gentileza HBO

Es sabido que pocas cosas son tan cinematográficas como la mafia. La Camorra, la mafia italiana o, para ser más específicos, la de Nápoles, fue capturada, casi literalmente, en 2006 por el periodista (hoy amenazado de muerte, viviendo en Nueva York y bajo guardia permanente) Roberto Saviano. Su libro Gomorra, que hacía una fascinante y novelizada radiografía y puesta a la vista del público de los modos de la mafia italiana, fue adaptado al cine en 2008 por Matteo Garrone y se convirtió, este año, en una de las series más celebradas del mercado de Cannes. La serie, que inicia su primea temporada el 5 noviembre, a las 22.00, en HBO MAX, ha sido definida como una versión todavía más realista del submundo mafioso de sus pares The Wire y la clásica Los Soprano. Y el mismo Roberto Saviano cuenta que cambió al mostrar la guerra de los Savestano vs. los Conte en la TV:

—Esta vendría a ser, después del libro y la película, la tercera versión de “Gomorra”: ¿cuánto quedó de tu investigación original y cuánto es ficción?
—Me habían quedado muchas historias afuera y podían ser contadas en la serie. El imperio de las empresas criminales, los conflictos, las contradicciones: hubo muchas historias que no podrían haberse contado en una película. Aparte, hay cosas que deben sedimentar de forma distinta en la audiencia. Aquí realmente se entra a ese mundo, y la distancia de los primeros capítulos empieza a desaparecer y ves no a una bestia criminal sino a alguien que no difiere tanto de un CEO de una empresa. Nada de lo que aquí se muestra ha sido creado para la serie. Todo ha salido de la realidad. Los personajes son combinaciones de personas reales. Creamos un compendio de ese mundo mafioso.

—¿Qué fue lo que, como periodista responsable de esa información, pediste no fuera “tocado”?
—Los guionistas y los directores sólo recibieron un pedido de mi parte y estuvieron de acuerdo: la serie iba a describir los mecanismos de esa realidad de la mafia de Nápoles. “Describir”, es decir, no ofrecer soluciones. Sólo contarla. Eso fue lo que pedí, contar la crueldad pero al mismo tiempo la estupidez, sin ponernos épicos pero tampoco negar determinada atracción de ese mundo.

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—Hay acusaciones de que mostrar el día a día de estos “personajes” podría hacerlos más fáciles de digerir en el público. ¿Sentís que es así?
—El hecho de que los criminales tengan un lado “humano” no los hace gente “honesta”. Tampoco justifica sus acciones. Queríamos mostrar que eso es un tema en la serie. Es normal que el espectador pueda pensar que un hombre que nació en Nápoles no podría actuar de otra forma. Pero también sirve mostrar que, en esa encrucijada, lo que se hace es a veces una elección.

—Contar aquello que la maldad hace es elegir no quedarse en silencio. Lo has dicho muchas veces. Si volvieras en el tiempo, ¿volverías a escribir el libro que te hizo ser sentenciado a muerte por la mafia y te obliga a vivir en Nueva York?
—Sostengo esa elección. Pero haría las cosas de una forma diferente. Me gustaría haberme protegido más. Italia es un país cruel. Hace algunos años, el periodista Enzo Biagi me dijo: “Se van a vengar por lo que hiciste. Este es un país donde no puede existir alguien que grita una verdad que toca a tanta cantidad de gente”. Lo hice porque era mi trabajo. Estoy orgulloso de vivir de mi trabajo, de haber llevado estas historias a tantos lugares. Muchos años de mi vida han sido devastados por esta situación. Me arrepiento de no haberme cuidado y haber arruinado cualquier posibilidad de una vida normal.

 

“Una serie no incentiva el crimen”

Otra de las acusaciones que ha sufrido Roberto Saviano por sus investigaciones sobre la Camorra y exponerlas ante el mundo fue que generó una visión negativa de Scampia, el suburbio de Nápoles donde transcurre gran parte de la serie. Saviano responde: “Cientos de personas asesinadas. Una organización increíblemente violenta con influencia en muchos lugares internacionales. ¿Y yo soy el que genera una visión negativa de ese terreno? ¿Los que narran la historia son los que desacreditan el lugar y no los que llevan a cabo esas acciones? ¿Entonces, si no se contaran, no serían percibidas como algo negativo y, por ende, más fácil de enfrentar? Me parece una aberración”. Y sigue: “A uno puede gustarle o no la forma en que está escrito el libro, en que está desarrollado el guión. Pero no es el contar estas historias lo que protege al crimen”. Otra acusación ridícula es la de que mostrar el accionar mafioso resultará en gente imitando esos modos: “Creo que ver Gomorra y después emular las conductas de los personajes es algo muy poco factible de suceder. Y por una razón: ya pasaron esas cosas y van a seguir pasando. Pensar las series de TV como ‘el departamento de prensa del mal’ es bastante superficial. Quizá puedan inspirar a esa gente que ya ha decidido tener una vida criminal. Una película o serie no puede incentivar el crimen. La realidad lleva mucha ventaja.