—¿Cómo te sentís con las vedettes, las bailarinas, el ambiente de la revista?
—Para mí es nuevo. Me sorprende, me divierte, me da miedo.
—¿El mundo de las redacciones es más o menos divertido que el del teatro?
—Para mí el mundo del periodismo es muy divertido. Hay cosas de los dos mundos que son muy distintas. La relación que en el teatro tienen con la plata es increíblemente más sana que la que tenemos los periodistas. Nosotros somos culposos, ellos no. En una de las primeras reuniones que tuvimos descubrí que me decían, en vez de "vamos a hacer un éxito", "nos vamos a llenar de guita". Eso nunca lo diría un periodista, por vergüenza.
—¿Vas a esperar a la madrugada las primeras críticas, como los actores?
—Las voy a ver por Internet (risas). Sí, me imagino que las voy a leer.
¿Lo escuchaste a Dady Brieva en Mitre hablando de vos, diciendo que mejor fueras al Maipo porque con el diario no te iba bien?
—Sí, porque aparte recibo las desgrabaciones de las cosas. Me parece que es la persona con menos condiciones para opinar, porque él conduce un programa y nunca lo hizo antes. Mirá, evaluar cómo a uno le va o no le va es menor. Así como el hecho de que te vaya bien no indica que hayas hecho algo bueno, el hecho de que te vaya mal tampoco indica que hayas hecho algo malo. Todo es muy relativo. Yo creo que uno tiene éxito cuando se anima a fracasar. Yo he tenido un montón de éxitos y varios fracasos, y no los oculto, hablo de ellos, porque aparte soy una persona a la que si le va bien o mal... no pasa nada. El otro día pensaba: "¿qué pasa si me va mal en el Maipo?", y la respuesta es que no pasa nada. Si me va mal, ¿yo dejé de fundar Página/12, dejé de escribir once libros? El que me pareció una boludez lo que dijo fue Tristán diciendo que yo le estaba sacando trabajo a actores. Yo no le quito trabajo a nadie, si alguien quiere ir a ver a Tristán, que vaya. El argumento "le quita trabajo" me parece una estupidez. Yo a Tristán le propongo que funde un diario, a ver cómo le va.
—¿Se puede hacer plata con el periodismo?
—Hay límites. Yo he ganado bien, pero hoy no soy un tipo de guita. Vivo de mi laburo. No puedo decir: "bueno, los próximos cinco años no trabajo".