Faltaba un poco de pimienta en el mundillo farandulero de la avenida Corrientes, allí donde de vereda a vereda se suelen cruzar flechas envenenadas cuando se trata de competir por la taquilla.
La actriz y cantante Cecilia Milone salió a gritar a los cuatro vientos que se siente traicionada por el actor, imitador, empresario y político Nito Artaza, revelando una relación oculta durante algo así como seis años.
Artaza respondió, indignado, que apenas habían tenidos encuentros sin importancia (para él) cuando estaba separado de su mujer, Cecilia Oviedo.
Entre ambos, no ahorró alguna bomba de estruendo Gerardo Sofovich, competidor de Artaza en el universo del teatro de revista y protector-amigo-productor-etcétera de Milone.
Sólo faltaba la palabra de la tercera del triángulo: Oviedo, la mujer ¿engañada? de Artaza. Sólo aceptó hablar con su viejo amigo Marcelo Polino, que emitió parte del diálogo anoche, en su programa Ponele la firma que emite América TV. Esto que sigue es lo más sustancioso de la entrevista.
—Cecilia Milone cuenta que tuvo una relación con tu marido, Nito Artaza ¿Vos te enteraste por el medio, la conocías?
— Con Nito nos conocemos desde hace 18 años. En este tiempo hemos tenido varios distanciamientos o separaciones, algunas más largas y otras más cortas. La última fue de dos años y medio. Yo sabía de una relación... digamos... sin compromiso que Nito no había blanqueado... Se veía con ella. Y en otros momentos, cuando él se iba de casa porque yo me enojaba y le decía “andate”, y se iba por un mes, dos meses, yo sabía que podía tener cosas. Estaba dentro de las reglas de juego como puede tener cualquier matrimonio. Cuando se habla de que se destapa una olla yo digo: ¿se destapa una olla de qué? No aceptaría jamás una doble vida.
—¿El nombra a Milone como qué? ¿Cómo una novia, como amante, como una chica que veía cada tanto...?
—Lo que él me dijo, a grandes rasgos, es que él nunca quiso ningún tipo de compromisos.
—Es decir que no era el novio mientras estaba solo...
—Él me dijo que aún en los momentos en los que él podía blanquear la relación no quiso ningún compromiso y que ése era el conflicto que tenía permanentemente con ella. Y además, Nito me dijo: “Yo tuve otras cosas con otras personas, también”.
—Quedaste involucrada a partir de que Cecilia Milone dice que ha recibido amenazas... queda como velada la posibilidad de que hayas sido vos...
—En agosto del año pasado, cuando Nito me dijo que había tenido una relación con esta persona y con otras, me contó también que ella había dicho que recibía amenazas y que suponía que esas amenazas venían de mi parte. Yo le dije: “Pero ¡está loca! ¡para qué la voy a amenazar?”. Yo jamás amenazaría a alguien. Si tengo algo que decirle algo a alguien levanto el teléfono, doy la cara, pongo mi nombre y voy al frente.
—De hecho hablaste con ella, la llamaste por teléfono...
—En agosto la llamo y le digo: “Mirá Cecilia, no lo tomes a mal, no quiero molestarte, pero quiero que sepas que estoy al tanto de las cosas que pasaron y de las idas y vueltas que tuviste con Nito. No te llamo para reclamarte porque no tengo nada que reclamarte. Jamás me escondería en un anónimo si tuviera que decirte algo. Te estoy llamando para decirte que las amenazas que estás recibiendo no vienen de mi parte. Vos sabés muy bien que este tema lo estás tratando basándote en mentiras, en faltarme el respeto a mí, a mi moral, a mi integridad, y estás tratando de destruir a un hombre que no se jugó por vos. Yo no me voy a hacer cargo de eso”. Yo tengo un hijo varón de 12 años que hoy estuvo llorando por las cosas que está escuchando sobre la madre y el padre. Y Nito tiene dos hijos a quienes adoro, como son Sabrina y Juan, que también están sufriendo las consecuencias. Esto, lejos de separarnos, nos fortaleció. (Mirando a cámara) I’m sorry for you, querida, yo lo lamento. Si estás resentida andá a un psiquiatra.
(Polino hace una breve introducción a la última parte del diálogo)
—Te estoy hablando de agosto de 2006. Su relación con Nito termina en mayo o junio de 2006, casi un año atrás. ¿Qué es esto ahora, que a dos días del debut (ocurrió el miércoles) saltan con un tratamiento del tema como si yo fuera la loca Glenn Close en Atracción Fatal esperando con un cuchillo para reclamarle no sé qué.
—¿Qué lectura hacés? ¿Se trata de una guerra de empresarios del espectáculo? ¿Es despecho?
—Entre las mujeres nos conocemos el idioma: creo que hay una mujer despechada. (Mirando a cámara) Yo no tengo la culpa si el tipo te colgó la galleta y nunca te blanqueó porque no fuiste importante. Yo no me puedo hacer cargo de relaciones que no me corresponden. ¿Qué culpa tengo yo si el tipo no se jugó por vos y que lo único que hacía era pasar un rato con vos porque estaba solo o aburrido? No voy a permitir que falten el respeto a mi marido, que es el hombre que amo, que traten de destruir a mi familia. Lo voy a defender a Nito hasta las últimas consecuencias. Y voy a llegar con todas las instancias legales también hasta las últimas consecuencias. Hasta acá llegué: no me jodan más, no jodan más a mi marido y no jodan más a mi familia porque van a saber con quien se encuentran. Y no es una amenaza, es una advertencia bien clara y dando la cara con nombre y apellido.