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Diario Perfil

La pareja de Bergara Leumann da pelea por la herencia

Daniel Angelote cuenta su verdad sobre el escándalo familiar por el destino de los bienes del fallecido artista. “La botica del Ángel”, parte del legado.

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| Sergio Piemonte

“Siento que tengo que empezar, a los 50, una vida nueva. Se fue él y lo único que me queda ahora son sus gatas, que son como mis hijas también”. A Daniel Angelone se le entrecorta la voz cuando intenta poner en palabras el mal momento por el que está pasando desde la muerte de su “compañero de amor” de los últimos 29 años, Eduardo Bergara Leumann.

Sin embargo, la pérdida de “el Gordo” fue sólo el punto de partida de una serie de infortunios: a horas de su fallecimiento, un escándalo familiar por el destino de su herencia tomó estado público y no hizo más que sumar dolor, bronca e impotencia. Por eso, se decidió a dialogar con PERFIL para contar su verdad y dejar en claro que su única intención es “que se cumpla con la última voluntad” del genial artista.

Según lo que pudo averiguar Daniel, el heredero universal era Cáritas en primer lugar, el Fondo Nacional de las Artes en segundo, la Universidad del Salvador en tercero y el Movimiento Argentino de Protección al Animal (MAPA) en cuarto.

“Sé que me corresponde un legado de por vida, a pagar mensualmente. En el último tiempo, el poco dinero que tenía lo dedicaba al mantenimiento de esa casa. De hecho, hasta tuvo que pedir prestado hasta a Silvina Victoria, la ex de Berni, para poder comprar sus medicamentos”, contó Daniel en diálogo con Perfil.

“Lo único que espero es que se cumpla con su deseo de que la Botica se convierta en un museo, y que quede en manos de alguien que valore todo lo que “el Gordo” atesoró en sus 33 habitaciones a lo largo de todos estos años”, completó el hombre.

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