No son malas, no son prostitutas, no son inteligentes, no son valientes, no son sufridas. Son botineras, mujeres activas, cuyo principal objetivo es casarse con alguien de fama y dinero, para salir de compras y tener una forma de vida relajada. Las identifica una ardorosa pasión por la conquista de su príncipe futbolista. Pero el fenómeno no es de hoy.
Pata Villanueva fue la reina madre de las botineras locales cuando se casó con Tarantini. Las reinas son Mariana Nannis y Victoria Beckham; la vieja escuela. Las frases de Nannis lo dicen todo.
Ni la Nannis ni la ex Spice Girl ni Pata Villanueva necesitaron embarazarse para acceder al lujo. Las botineras actuales novian unos meses, se pelean, hay escándalo mediático, pasan de mano en mano, y en cuanto pueden anuncian que están embarazadas. Algunas logran llevarlos el altar. ¿La princesa? Nicole Neuman, que rompió su matrimonio y dejó todo para seguir a Fabián “Poroto” Cubero a México. Se conocieron mientras participaban de una producción fotográfica y se enamoraron a primera vista. De ahí a la convivencia y a tener una hija, Indiana, hubo un solo paso. Hoy, planean agrandar la familia.
El arte de botinear también tuvo otras precursoras que rompían la regla. Xuxa fue botinera de Pelé. Graciela Borges dejó la paquetería de lado y tiró la toalla por Marcos “Anguila” Gutiérrez, en aquel entonces arquero de Huracán, 26 años menor que ella. “En su momento fue un escándalo con muchos prejuicios. Pero fui fuerte para soportarlo, y hoy con Marcos mantengo una buena relación, y hasta somos compadres: soy madrina de uno de sus sobrinos, de quien él es padrino.”
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