Cuando era niño, ir al Teatro San Martín de la mano de mis padres era uno de los paseos que despertaba mis mejores expectativas, la entrada a un mundo fantástico. Recuerdo las funciones de títeres, el ballet, más tarde interpretaciones de Walter Santa Ana. Siempre me invadía una gran felicidad al entrar al teatro, y disfrutaba plenamente, desde la mirada de niño, de todo lo maravilloso que se brindaba. Allí aprendí a distinguir las diferentes disciplinas, y puedo reconocerlo junto con el Teatro Colón como los dos referentes culturales que nutrieron mi acercamiento al arte.
Pero además, en el Teatro San Martín tuve mi primer trabajo profesional: estuve al piano en la obra de Héctor Presa Yo así no juego más. Yo soñaba con llegar a los teatros de la calle Corrientes, tanto que a los 21 años me mudé de Devoto y alquilé un departamento de un ambiente en Esmeralda y Viamonte, así que llegar al San Martín fue tocar el cielo con las manos.
Podría así seguir enumerando recuerdos; pero lo que quiero transmitir con todo esto es que esta sala emblemática de la Ciudad es tan cara a quienes la habitamos no sólo por ser el epicentro del Complejo Teatral de Buenos Aires, sino por haberse integrado a nuestra historia y nuestras vivencias. Al San Martín fuimos con nuestros padres, pero más tarde solos, lo compartimos con nuestros amigos, con nuestras parejas, llevamos a nuestros hijos.
Este teatro es parte de nuestro patrimonio identitario. Sus temporadas, las muestras fotográficas, los ciclos de cine, las publicaciones, son múltiples facetas que permiten el acceso a la cultura desde diferentes puertas, pero siempre para un público tan amplio como heterogéneo.
Sus cuerpos estables y la formación que ofrece, con la mira en la diversidad, la pluralidad, la excelencia, han contribuido a la gestación y el desarrollo de camadas de grandes artistas, en todos los géneros que tienen lugar en su ámbito. El Taller Escuela de Titiriteros y el Taller de Danza Contemporánea, junto con los cursos y seminarios que se dictan, son otras tantas marcas de una actividad artística que une enseñanza y práctica escénica.
En sus salas deslumbraron el talento y el prestigio de Alfredo Alcón, Luisa Vehil, Ernesto Bianco, Elena Tasisto, Walter Santa Ana, Alicia Berdaxagar, entre otros muchos. Nuestro San Martín recibió la visita de brillantes estrellas internacionales como Tadeusz Kantor, Pina Bausch, Marcel Marceau, Darío Fo, Lee Strasberg, Margarita Xirgu, entre tantos.
Todo este complejo mundo ha sido albergado por el edificio soñado por los arquitectos Mario Roberto Alvarez y Alfredo Ruiz, e inaugurado el 25 de mayo de 1960. Han pasado desde entonces 57 años, y su remodelación y su puesta en valor eran una tarea necesaria e impostergable.
El camino de concretarla requirió de varias etapas. Hubo que cuidar el estilo, los materiales, las funcionalidades, y trabajar en su optimización. Hubo un momento en que se pudo trabajar con sus puertas abiertas, y otro donde fue necesario cerrarlas y trasladar muchas de sus actividades y su gente a otros espacios porque así lo demandaba la obra. Podemos decir que se lo dotó de la infraestructura tecnológica necesaria para poder mirar al futuro conscientes de los desafíos que debe asumir y de las expectativas que se generan en esta nueva etapa de su historia.
Hoy celebramos que nuestro querido Teatro San Martín volvió a abrir sus puertas este 25 de mayo. Y desde el Ministerio de Cultura puedo atestiguar un titánico trabajo en equipo, cuyos objetivos se han logrado por idoneidad y capacidad técnica de los involucrados, pero también por el amor y la entrega puesta en la tarea. Integrar esta etapa final es un gran honor que me enorgullece, y la reapertura de nuestro Teatro San Martín me hace sentir ¡enormemente feliz!
Es mi objetivo que en los años que me quedan de esta gestión estén habilitados tanto el Teatro Alvear remodelado como la mayor cantidad de espacios culturales. Y con esto último me refiero a teatros independientes, centros culturales, clubes de música, esos espacios que desde hace más de 15 años están aprisionados en un trámite eterno, a los que espero poder darles una respuesta positiva muy pronto.
Nos proponemos de manera prioritaria llegar con la cultura a todos los barrios de la Ciudad. En este objetivo se inscribe la marca Estrellas en tu Barrio, que se viene desarrollando desde el año pasado de manera exitosa, y que ojalá se extienda más allá de mi gestión. Decenas de artistas populares de calidad han actuado en escenarios de distintas barriadas y otros tantos están ya programados. También estamos intensificando las actividades culturales en las numerosas bibliotecas y los museos que dependen del ministerio, proponiéndonos siempre que sean de la mayor calidad.
La misma calidad que siempre ha guiado la actividad de nuestro Teatro San Martín que reabre sus puertas. Comparto con todos la alegría de haber sorteado las dificultades y poder estar juntos, atravesados por emociones y recuerdos, celebrando que “El San Martín” levante su telón y que la magia vuelva a hacerse presente, amalgamando a los hacedores con la sorpresa y la emoción del público.
* Ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.