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El operativo de seguridad para su llegada este lunes estaba marcado con precisión marcial, pero un error hizo que, en vez de ingresar por el estacionamiento, Madonna irrumpiera con hijos y troupe en un evento a beneficio del Hospital Fernández que se celebrara en la planta baja de la mansión del Four Seasons. Estaba vestida con zapatillas deportivas Nike y una cartera Luis Vuitton modelo Weekender PulpPink, que promocionará para la marca en una campaña que acaba de convenir. Sin inmutarse por el revuelo, la cantante fue hasta la escalera y subió hasta los dos pisos que tenía reservados, con gimnasio propio, pista de baile y dos mayordomos.
Se había hospedado allí en sus dos visitas anteriores: en 1993 durante sus presentaciones del Girlie Show World Tour –que fueron repudiadas por la Iglesia Católica– y tres años después, cuando interpretó a Evita para el musical de Alan Parker. Según contó entonces, Carlos Menem se había entretenido mirándole el escote cuando la recibió en Casa Rosada y le prestó el mítico balcón para la filmación. Cristina Fernández tampoco pudo resistirse a tener cerca a la diva, y le hizo un lugar en su agenda el martes, después de encontrarse con la colombiana Ingrid Betancourt. Se aseguró una aparición en los diarios del mundo cuando reunió a ambas y su cara de satisfacción fue elocuente. Tan satisfecha estaba que cuando se sentó con Madonna se olvidó de ocultar el rimel que usó para los retoques finales y, en las fotos que distribuyó presidencia, podía verse el envase junto a sus pañuelos de papel. Casi de entrecasa.
La mafia del barro. Después de que llegara a un acuerdo con su ex esposo Guy Ritchie por la custodia de sus hijos, Madonna llegó al país con Lourdes, Rocco y David Banda. Hasta último momento sus asesores tuvieron que seguir las negociaciones entre Cancillería y las distintas embajadas para poner en orden los papeles de los chicos: Lourdes es estadounidense, hija de la cantante y el bailarín cubano Carlos León; Rocco, de ocho, es el mayor de sus hijos con Ritchie y nació en Inglaterra; y el pequeño David Banda, de tres, es oriundo de Malawi y fue adoptado por el matrimonio.
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