PROTAGONISTAS
A LOS 96 AÑOS

Murió Héctor Alterio, leyenda del cine argentino

El gran actor, que ganó un Oscar con película "La historia oficial" (1985), protagonizó decenas de obras y películas que hicieron historia en el cine nacional. Su muerte se produjo en España, donde residía desde 1975, cuando fue amenazado por la Triple A.

Hector Alterio 13122025
Hector Alterio | NA

El actor argentino Héctor Alterio murió este sábado por la mañana a los 96 años. La noticia fue confirmada a través de la cuenta de Instagram del productor teatral español Jesús Cimarro, quien trabajó con el actor en sus últimos espectáculos.

Siento comunicar el fallecimiento esta mañana de nuestro gran actor Héctor Alterio”, escribió Cimarro. En el mismo mensaje, añadió: “Se nos va un grande de la escena española y argentina. Mi pésame a la familia querida Tita, Malena, Ernesto. Buen viaje querido Héctor. Te echaremos mucho, mucho de menos”.

Jesús Cimarro confirmó la muerte de Héctor Alterio a sus 96 años
El productor español Jesús Cimarro confirmó la muerte de Héctor Alterio a sus 96 años

La muerte de Alterio, protagonista de filmes como "La Historia Oficial" (ganadora del Óscar a Mejor Película Extranjera en 1986), "La Patagonia Rebelde", "La Tregua", "Caballos Salvajes" y "El hijo de la novia", generó una inmediata repercusión en medios de comunicación de España, Argentina y Sudamérica, donde su figura es reconocida como una de las más influyentes del cine, el teatro y la televisión en lengua española durante más de siete décadas.

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Radicado en Madrid desde mediados de los años setenta, Alterio desarrolló una carrera artística que atravesó contextos políticos complejos, un exilio forzado y una consolidación internacional que lo convirtió en un referente cultural en ambos lados del Atlántico.

De Buenos Aires al centro de la escena: los primeros años y la formación teatral

Héctor Benjamín Alterio Onorato nació el 21 de septiembre de 1929 en el barrio porteño de Chacarita, en la ciudad de Buenos Aires. Hijo de inmigrantes italianos, se formó en arte dramático en una etapa en la que el teatro independiente comenzaba a ganar espacio frente a los circuitos tradicionales.

Durante la década de 1950 inició una intensa actividad teatral que lo llevó a integrarse en grupos experimentales y a participar de un proceso de renovación estética del teatro argentino. En ese marco, fue uno de los fundadores del grupo "Nuevo Teatro", un espacio clave para la difusión de nuevas dramaturgias y formas de puesta en escena.

Su trabajo en el teatro no se limitó a la actuación: Alterio también participó en tareas de dirección y producción, lo que le prmitió tener una mirada integral sobre el hecho artístico. Esa formación marcaría de manera decisiva su posterior desempeño en el cine y la televisión.

En paralelo, comenzó a construir un perfil interpretativo asociado a personajes complejos, de fuerte densidad psicológica, una característica que se mantendría constante a lo largo de toda su carrera.

Ya en los años sesenta, Alterio era considerado uno de los actores más sólidos del teatro argentino, con una presencia permanente en salas independientes y oficiales, y con reconocimiento tanto de la crítica como del público.

El cine argentino antes del exilio: reconocimiento y compromiso artístico

El debut cinematográfico de Héctor Alterio se produjo en 1965 con "Todo sol es amargo", dirigida por Alfredo Mathé. A partir de allí, su carrera en el cine argentino se desarrolló de manera sostenida y con una notable diversidad de registros.

Durante los años siguientes participó en títulos centrales del cine nacional como "La Patagonia rebelde", "El santo de la espada", "La mafia", "Don Segundo Sombra", "Los siete locos" y "Argentino hasta la muerte", entre otros. Varias de estas producciones abordaron temas históricos, sociales y políticos, en sintonía con el clima cultural de la época.

"La Patagonia rebelde", dirigida por Héctor Olivera, se convirtió en uno de los puntos más altos de su filmografía previa al exilio. La película fue premiada internacionalmente y quedó asociada a una etapa de fuerte politización del cine argentino.

En esos años, Alterio combinó su trabajo cinematográfico con una intensa actividad teatral, y consolidó un perfil de actor comprometido con los contenidos de las obras en las que participaba.

Ese compromiso, sumado a su visibilidad pública, lo colocó en el radar de los grupos parapoliciales de extrema derecha que actuaban en la Argentina a mediados de los años setenta.

Amenazas de la Triple A y exilio forzado en 1975

En 1975, mientras Héctor Alterio se encontraba de gira en España, recibió amenazas de muerte por parte de la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), la organización parapolicial que perseguía a artistas, intelectuales y militantes vinculados a posiciones de izquierda o críticas del gobierno de Juan Domingo Perón, primero, y de Isabel Martínez de Perón después.

Según consta en registros biográficos y testimonios del propio actor, las amenazas estuvieron relacionadas con su participación en películas y obras teatrales consideradas “subversivas” por los sectores que integraban la Triple A, particularmente aquellas con contenido político o social.

Ante ese escenario, Alterio tomó la decisión de no regresar a la Argentina. El exilio, que en un principio se presentó como una medida de protección temporal, se convirtió en una radicación definitiva en España.

La salida forzada del país marcó un quiebre personal y profesional, pero también abrió una nueva etapa en su carrera, esta vez en el ámbito europeo.

Durante esos años, Alterio se sumó a la extensa lista de artistas argentinos que debieron abandonar el país como consecuencia de la violencia política previa a la última dictadura cívico militar.

Consolidación en España y proyección internacional

Ya instalado en Madrid, Héctor Alterio logró rápidamente integrarse al circuito teatral y cinematográfico español. Su trayectoria previa y su prestigio como actor facilitaron su incorporación a producciones de alto perfil.

En 1977 protagonizó "A un dios desconocido", dirigida por Jaime Chávarri, una actuación que le valió el premio al Mejor Actor en el Festival de Cine de San Sebastián. Ese reconocimiento marcó su consolidación definitiva en Europa.

Durante las décadas siguientes participó en numerosas películas españolas y coproducciones internacionales, entre ellas "El crimen de Cuenca", "El nido", "Cría cuervos" y "El aire de un crimen".

Su trabajo también se extendió a la televisión, donde intervino en series y unitarios que reforzaron su presencia ante el público masivo.

En paralelo, mantuvo una intensa actividad teatral en España, con obras que recorrieron salas de todo el país y que lo mantuvieron en escena hasta edades avanzadas.

En desarrollo...

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