Nueva York.- La supermodelo Naomi Campbell c ompletó su condena de una semana de servicio a la comunidad que consistió en asistir a los encargados de la limpieza pública de la ciudad de Nueva York, barriendo calles e incluso limpiando baños.
El jefe de los servicios de limpieza de la ciudad, Albert Durrel, informó que la modelo británica, de 36 años, no recibió ningún tratamiento especial. "En el segundo piso se arrodilló en el piso para limpiar", declaró Durrel al diario "New York Times", quien consideró que Campbell demostró su manejo de la escobilla y la pala. "Por lo que pude ver, ella estuvo muy cómoda todo el tiempo", señaló.
Según el periódico, la modelo abandonó en la tarde del viernes el garaje de reciclado de residuos del Departamento de Sanidad Pública, que tuvo que limpiar durante cinco días, enfundada en un vestido largo de noche de color plateado. Sin realizar declaraciones, pero saludando alegremente con la mano, se subió al Rolls Royce plateado que la estaba esperando.
Esa mañana había ingresado al lugar para cumplir con su servicio comunitario vistiendo ropa de trabajo, unas pesadas botas y una gorra.
La supermodelo negra fue condenada a realizar cinco días de trabajo comunitario y asistir a un seminario durante dos días después que admitió en enero ante un tribunal haber agredido a su empleada Ana Scolavino un año antes en una pelea por unos pantalones desaparecidos.
La modelo le lanzó un teléfono móvil, que la golpeó en la nuca. La temperamental Campbell asegura que no quiso golpearla. Scolavino tuvo que ser atendida en un hospital y los costos del tratamiento correrán por cuenta de Campbell.
Naomí tiene previsto subastar sus botas y pantalones de trabajo y donar lo recaudado a una organización benéfica. Campbell ya se vio varias veces enfrentada a la justicia por sus ataques de ira. En 2000, reconoció en Canadá haber golpeado -también con un teléfono- a una asistente. Una estancia en una clínica en la que le enseñaron a controlar su temperamento no parece haber servido de mucho: tres años después volvió a lanzar un teléfono a otra empleada, que también la demandó.
Fuente: DPA