El año 2009 no empezó bien para la diva de los teléfonos. Más allá de la crisis económica que estaría a punto de dejarla fuera de la grilla televisiva 2009 de Telefe, Susana Giménez no logra reponerse de la conmoción que le generó el asesinato de su amigo y colaborador, Gustavo Lanzavecchia, así como tampoco de la polémica que desataron sus declaraciones a favor de la pena de muerte. Y, como para empeorar el panorama, se vio indirectamente envuelta hace unos días en un escándalo con ribetes policiales que la habría puesto al borde de la separación de su pareja, Jorge Rama.
Por eso, la conductora decidió retirarse unos días a descansar –y, seguramente, a meditar– en La Mary, la casona esteña que ella ha reconocido como su “refugio” en numerosas oportunidades y ha funcionado como punto de encuentro con el empresario uruguayo en épocas de mucha actividad laboral. Pero, esta vez, no hubo lugar para él. “No estamos pasando el mejor momento; estamos en crisis. Necesitaba poner un poco de distancia a la relación después de todo lo que pasó”, confió la blonda a Caras.