"Todavía no estoy lista”, dice Agustina Córdova desde el portero eléctrico de su departamento en Las Cañitas. Al rato baja vestida de lila con una flor de proporciones gigantescas que coloca de adorno sobre su oreja derecha. La ex lolita descubierta a los 16 años en el reality show Súper M 20/02 , que interpretó a la joven Maggie en La niñera junto a Florencia Peña y a una mujer sensual en Alma pirata, llegó a ser semifinalista del Circo de las estrellas de Susana Giménez , de quien se confiesa una ferviente admiradora. “ Lo que más me impacta es su luz. La ves y flasheás. La gente te para en la calle y te pregunta: ¿Susana es así? ¡Sí! Ella despierta ese misterio porque es tan genial. Por ahí parece imposible que una persona siendo diva y famosa, además sea buena persona. La gente la ama. No hay otra como ella”, dice sentada en el negro sillón del palier de planta baja de su casa. Más descansada con el fin de las grabaciones, Córdova planea unas minivacaciones a Mendoza para reencontrarse con su familia mientras adelanta que ya tiene ofertas –sin cerrar– para televisión en los próximos meses y en cine para el año que viene.
—¿Qué significó el circo?
—Todos formamos una gran familia. La alegría de la victoria individual era compartida por el resto del grupo. Pero lo que más me conmovió fueron los chicos de la escuela que yo apadriné. Movilizarme para que a ellos que se les cumplieran por lo menos las necesidades básicas, me resultó conmovedor. No pedían la última playstation, sino un techo para que no les lloviera en la cabeza.
—Te lo tomaste en serio.
—Es que no podés ponerte a boludear... Siempre fui muy consciente de los problemas sociales, no me enajeno por estar acá. Para mí esto es una mentira. El medio que genera esta ilusión de que los famosos viven genial, es un chiste que nadie se come. Todos sabemos los problemas que sufre la Argentina y el resto del mundo.
—¿Pensaste alguna vez que ibas a participar en un circo?
—No. Y cuando acepté nunca creí que iba a llegar hasta donde llegué. A medida que pasaba el tiempo me di cuenta de que tenía posibilidades y de que al final, nada era tan imposible como parecía.
—Después de esto, podés hacer cualquier cosa.
—Tal cual. Mañana me ofrecen tirarme de un rascacielo y seguro que te digo que sí. ( risas)
—¿Siempre sos así de arriesgada?
—Sí. No dudo mucho. Así me tiré a la pileta en el circo o en Super M. Incluso con La niñera . Los de Sony primero me habían dicho que no podía interpretar a Maggie porque buscaban a una chica más insípida. Por eso, para que me aceptaran, los chicos de la producción me caracterizaron horrible, me pusieron anteojos, aparatos y me convirtieron en un bicho de laboratorio. Recién ahí los de Sony dieron el ok.
—¿Cómo fue esa experiencia?
— Fue lo mejor que me pudo pasar. Me encantó caracterizar a una persona con problemas de seguridad porque en realidad Maggie era una chica linda tapada. Hay muchas adolescentes lindas que se ocultan tras un montón de cosas.
—¿Por qué creés que pasa eso?
—Por inseguridad. Hay un ejemplo de mujer muy perfecta que las chicas a esa edad quieren serlo y después por miedo a no alcanzar ese estándar, se ocultan. Después vienen todas esas enfermedades que son un horror, bulimia, anorexia. Me parece que en el fondo se trata de un problema social.
—¿Harías un desnudo?
—Lo que pasa mucho en la tele es que una vez que saltás la barrera para aceptar papeles más jugados, nunca más volvés a tu personaje de niña. Es un camino de ida. Por eso hay que tener mucho cuidado con lo que uno va eligiendo también. Si de repente te mandaste un desnudo, es difícil que después te vuelvan a llamar para hacer de una carmelita descalza. Hay que ir variando. Por ejemplo, el año pasado en Alma pirata hice de chica linda, no quería volver a hacer de chica fea. Por el momento, quiero seguir con esta faceta mía más ingenua.
Enamorada del Chucho. En pareja hace ocho meses con el tenista José “Chucho” Acasuso, Agustina Córdova cuenta que la primera vez que se cruzaron fue en un gimnasio. “ Fue hace cinco años, por suerte después la vida nos volvió a juntar.”
—Antes, las modelos salían con polistas... ¿ahora con tenistas?
—Yo estoy enamorada, no estoy a la moda. No busqué un tenista, encontré un hombre que en consecuencia era tenista. Para mí el tenis no tiene nada de atractivo porque lo único que hizo fue alejarme de mi novio. Si tuviera que decir la verdad, me gustaría que Chucho no fuera tenista... pero, bueno, lo conocí así, no lo voy a cambiar. Es su trabajo, le gusta. Y él respeta el mío, que seguro debe tener sus contras. El tenis es más lo que me saca que lo que me da.
—¿Qué es lo que más te gustó de Acasuso?
—Me atrajo su timidez. El es más tranquilo, yo por ahí soy más polvorita. Los dos somos opuestos complementarios.