Un día apareció un reality donde no hay jurados malvados, ni tribunas fanatizadas, ni participantes soltando falsetes para imitar al cantante de moda. Tampoco tiene la modelo más espigada o el cuchillo más veloz de la cocina contemporánea. En Master of Photography (los martes a las 21 por Film & Arts) se tomaron en serio lo de hacer un show de talento y transformaron un programa de televisión en el concurso de fotografía mejor premiado del viejo continente, entregando 150 mil euros al ganador, además de exponer sus imágenes en importantes museos. Conducido por Isabella Rossellini, el envío logra cautivar con elegancia y alto nivel de producción la atención que genera el ultraextendido hobby de captar imágenes. El formato creado por SKY, el gigante satelital británico con 21 millones de suscriptores en Europa, cuenta con 12 participantes profesionales y amateurs elegidos entre cinco mil aspirantes, después de un año de casting en el que se vieron igual cantidad de portfolios.
Phil Edgar-Jones, director de la señal original declaró cuando presentó los ocho desafíos que se verán durante ocho semanas que “el mundo conectado de hoy nos satura con instantáneas de momentos fugaces, pero las fotografías que duran son las que surgen del resultado de la habilidad, dedicación y horas de trabajo duro detrás de la lente. Esperamos que este programa demuestre lo potente que sigue siendo la fotografía ‘importante’.” Para Rossellini, quien además de actriz consagrada supo ser la modelo mejor paga en buena parte de la década del 80, lo que se busca “es tratar de mostrar cómo un fotógrafo expresa su arte”. De todos modos, tal vez éste sea el punto en el que menos profundiza Master of… ya que falta conocer más sobre el tiempo dedicado a la observación, de saber qué proyecta el participante. Es buena la devolución de los jurados, pero se pierde algo si no se conoce más el por qué de la selección del fotógrafo.
Los jueces son los destacados Oliviero Toscani, Rut Blees Luxemburg y Simon Frederick, encargados de evaluar imágenes que plasman desde la belleza de Roma a la vida nocturna de Berlín, pasando por los retratos a una celebridad como Michael Madsen o las fotos del hogar de los concursantes. Además, cada prueba la participación de figuras de este arte, como Jason Bell, Franco Fontana o David LaChapelle. Aunque la audiencia no fue de las mejores, el producto consiguió en Inglaterra, Italia y Alemania atraer un buen número de televidentes del grupo social más alto, llegando en su primera temporada (en este momento se emite la segunda en Reino Unido) a que su rating esté formado en un 62% por el segmento ABC1. Este dato es clave para entender el premio que ofrece, de los más altos entre los realities, y tener auspiciantes acordes con el público al que se dirige: algo que deja en claro la distancia que se busca para con otros shows.
Los jueces
Oliviero Toscani: ganador de cuatro Lions d’Or en Cannes, el Gran Premio de la Unesco, dos Grand Prix d’Affichage, y varios Art Directors Club en ciudades como Nueva York, Tokio, Berlín y su Milán natal. Saltó a la fama cuando en los 80 comenzó a diseñar la provocadora campaña de Benetton. United Colors apostó a imágenes basadas en la multicultura y a mostrar con crudeza males de la época. En este sentido, es muy recordada su fotografía de un enfermo de sida, agonizando en la cama de un hospital, rodeado de su familia. Más acá en el tiempo, la impactante campaña de Nolita contra la anorexia causó opiniones encontradas.
Simon Frederick: retratista de las celebridades y cabeza de campañas de publicidad global. Dirigió cortometrajes, documentales y comerciales. El año pasado encaró Black is the new Black, un reconocimiento a la comunidad negra de Gran Bretaña. La importancia de esta muestra revolucionaria ganó el apoyo de la National Portrait Gallery.
Rut Blees Luxemburg: esta artista y crítica alemana es especialista en paisajes urbanos, convirtiendo sitios básicos en lugares profundos y atractivos gracias a su mirada. Su trabajo es recogido por prestigiosos espacios como el Centro Pompidou.
