En la madrugada llegó a la Argentina el popular cantante británico Robbie Williams quien dará dos conciertos el próximo fin de semana en el estadio River Plate.
El ex Take That se hospeda en el Faena Hotel, donde solicitó que no haya alcohol ni chocolates, pero sí una bicicleta estática y una cinta de correr. Además, pidió parlantes en el baño y sábanas de algodón egipcio.
Trascendió que el músico llegó con su chef y fisioterapeuta personal y trajo su propio centro de entretenimientos compuesto por un DVD, Playstation y equipo de sonido, con mezclador para DJ.
Arribó al país luego de presentarse en Chile frente a 55.000 fanáticos que lo acompañaron en un show de dos horas en el Estadio Nacional.
Según El Mercurio, la actuación de Robbie Williams "fue puro chiste y diversión" y sostiene que "lo que le falta en voz, le sobra en carisma".
El diario destaca que nada más comenzar su actuación, de inmediato comenzó con sus gestos sexuales, musarañas y bailes robóticos que detonaron la euforia total.
Pero el griterío y la histeria se hizo total cuando Robbie Williams se abrió la camiseta para mostrar un tatuaje en el ombligo y luego se frotó el trasero.
Segundos después ordenó que apagaran las luces, alertó a los camarógrafos, y junto a su amigo, el cantante Jonathan Wilkes, bailaron un swing, dieron la espalda al público, se bajaron los pantalones y mostraron sus traseros, relataron medios chilenos.
Según el diario La Cuarta, el cantante le dedicó un tema a la modelo argentina Amalia Granata, con quien pasó una noche en Buenos Aires en 2004.
Durante la semana la actriz chilena Francisca Merino ya había encendido la mecha cuando en la televisión realizó una sátira Granata, bajo el nombre de “Amalia Barata”.
Merino se calzó una minifalda e imitó el acento argentino mientras ostentó tener en su poder ropa interior del ex Take That, como prueba de su lujuriosa noche.
"Me lo traje de Los Ángeles, de ese minuto en que estuvimos juntos... Pasó de todo….", dijo Francisca personificando a Amalia, según relataron medios chilenos.
“Che yo… Gratis… Voy a todas gratis. Para los que digan que yo quiero fama… Porque yo no quiero fama, yo no quiero figurar, yo solamente me quiero regalar", sostuvo Merino compenetrada en el papel.
La parodia no divirtió para nada a la verdadera Amalia, quien declaró: “Es lamentable rebajarse para hacer ese papel. Voy a tomar acciones legales porque se confundió y dijo mi apellido".
Mientras las rubias se pelean y están al acecho, Robbie ya está en Buenos Aires descansando en el hotel.