Jorge Guinzburg brilló en la televisión y obtuvo su pico de fama con el programa de humor
“Peor es Nada”, pero también fue
un periodista cínico y sagaz.
Comenzó su carrera trabajando en las revistas
Humor y
Satiricón. En 1985 conducía el programa
“La Noticia rebelde”,
un formato que mezclaba humor y periodismo y que luego muchos copiaron. Adolfo
Castelo y Nicolás Repetto eran algunos de sus compañeros en el recordado ciclo televisivo.
En el inicio de los noventa, junto a Horacio Fontova
explotó su veta más cómica con
“Peor es nada”, un programa de humor un tanto fuerte, pero también
político y sarcástico. El envío terminaba con una pregunta sobre la primera vez en el amor del
entrevistado.
Antes de
“Peor es Nada”, conducía
“Penúltimo momento” con Pablo Jaramillo.
El acercamiento de Guinzburg al periodismo siguió latente con la llegada a Canal 13 de
“La Biblia y el Calefón”, en el que invitaba a cuatro personajes para hablar
de sus vidas, pero siempre con el humor como protagonista.
También pasó por Telefe con
“Guinzburg & Kids", que era una programa de preguntas para chicos menos de 13
años.
Guinzburg se volvió un personaje multifacético que hacía radio, televisión, producía teatro y
escribía la columna Desde el Diván, en el diario
Clarín. Además era el guionista de la tira cómica
Diógenes y el Linyera. También publicada en
Clarín.
En radio, condujo
"En ayunas", en conjunto con Carlos Abrevaya,
"El Ventilador" y
"Vitamina G". En teatro estuvo al frente de
Planeta Show, con Ingrid Grudke,
Un pías de revista y
La era del pingüino.
En los últimos tiempos, planeaba la vuelta a la televisión con
“Mañanas informales”, el ciclo televisivo que lideraba el rating de las
mañanas y que se ganó el respeto del público y sus colegas.
El programa le valió ganar el Martín Fierro por mejor conductor.