Empezó un nuevo programa por la Televisión Pública. Va de lunes a viernes pasada la medianoche, muy cerca de la una de la madrugada. Con el título de Quedan los artistas Cecilia Laratro y Adriana Varela presentan las distintas secciones que permiten entrecruzar trabajos de intérpretes ya consagrados con otros menos conocidos. Desde canto hasta danza, sin olvidar los títeres o el recitado de poesías. Es la periodista y conductora Cecilia Laratro quien reflexiona junto a PERFIL sobre el show.
—¿Cómo se da la selección de los participantes?
— La hace el equipo de producción que está encabezado por Mariela Tedeschi, con Gustavo Giordani y Luciana Glezer. Los guiones son de Teresa Donato y Matías Sirota, con dirección de Marcelo Ferrero. Se invitó a centros culturales en las distintas provincias para que participaran. Estoy muy contenta porque siento que este programa es de una enorme nobleza. Los actores, bailarines, músicos y poetas la están pasando pésimo. No pueden contactarse con su público, por lo tanto tampoco venden localidades y no tienen dónde mostrar lo que hacen. Me pareció espléndida la idea que la Televisión Pública haya abierto esta especie de escenario para todos. Nosotras tratamos de introducir a cada uno, contando de dónde son y sumar un poco su historia personal.
— Predomina la música…
— Es una decisión de la producción. Tal vez sea más fácil para los cantantes poder expresarse. Es conmovedor lo que están haciendo los bailarines. Se producen y adaptan sus departamentos, arman coreografías en los pasillos o en la terraza de su casa. Me llena de emoción.
— Los primeros programas fueron desde el piso: ¿por qué decidieron después grabar desde sus hogares?
— Los estudios de televisión, como los de las radios son lugares cerrados, que no tienen ventanas y en la mayoría de los casos tampoco hay ventilación. Por más alcohol que haya, un lugar que no se puede ventilar no es lo más recomendable, según lo que nos están diciendo las autoridades del canal. Hacer televisión de esta manera es novedoso, dependés mucho de la tecnología, pero es una manera de preservarnos.
—Trabajaste en distintos canales: ¿cuál es la diferencia de hacerlo en la Televisión Pública?
— No es mucha, si estuviera en otro canal desarrollaría igual mi profesión. La verdad es que lo público me gusta y me interesa, tanto la educación, la salud, como la comunicación están más libres de intereses comerciales. Después los intereses políticos están en todos los medios, públicos o privados.
—Fuiste el rostro de numerosos noticieros hasta que en el 2015 te despediste de ellos. ¿Por qué esa decisión?
—Fue una decisión mía. Me cansé. Hice muchos y empecé a sentir que no estaba contenta. Siempre tuve mucha afinidad con las artes y su gente. Nunca dejé de hablar de la actualidad, pero no necesariamente con el político o el economista de turno. En realidad quería hacer radio, por eso cuando dejé los noticieros, al año siguiente (2016) tuve un programa en radio El Mundo que se llamó Socios a la tarde. Frente a ese micrófono no estás tan estructurada y también podés tocar todos los temas de actualidad.