ESPECTACULOS

Y "Lázaro" Yobino sigue marchando

Galería de fotos del Festival de Jazz en Punta del Este... un evento único. Galería de fotos

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| Jimmy Baikovicius

Hay tipos de no creer. Y de crear. El argentino Francisco Yobino es uno. Famoso por "buenazo" (en Occidente solo hay uno entre un millón) su condición de hacedor no le va en zaga. Empezó de joven abriendo cueva musical en Bánfield divulgando lo original nativo "en serio", como Hugo Díaz, Domingo Cura, Oscar Alemán, Alberto Cevasco, El Negro Lagos y Lucas Di Salvo.

 

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De día eligió ser fraccionador de "azúcar" (era lógico) y por la noche, de música. Así, ecualizando rubros tan afines llegó a la cumbre: su insuperable "Lapataia" recibió el Premio Nobel al Dulce de Leche. Entonces, ya más cuajado y con la pavita echada encaró su primer sueño de juventud: crear un Festival de Jazz "a mi manera".

 

Le dió refugio en un tambo que alzó en 1996 en una pradera amable al pie de la colina de la Ballena, en Uruguay. Prueba de su coherencia la darían muy pronto las propias "holandesas" del establecimiento. Yobino humanizó con un hilo musical el ambiente del galpón de ordeñe y las grandes damas lácteas se vieron arrulladas por Coltrane, Davis, Monk y otros zarpados de maravilla. La leche y el jazz. Hay constancia de este milagro:durante años, a la caída del sol e iniciarse el concierto, estas fanáticas se arrimaban al alambrado contiguo al escenario para seguir (gratarola) lo que también formaba parte de su cultura natural. (Foto histórica recorrió el mundo con el gran Paquito D`Rivera hipnotizando a una de ellas con un solo de clarinete)

 

Así como el de ellas, otros distintos espacios y locales del tambo se fueron ilustrando con imágenes de jazz. Fotos únicas, discos de colección, dibujos, intrumentos, afiches, etc. Yobino dedicó meses de cada año a buscar a los mejores artistas para su próximo (y siempre incierto) enero. Lo hizo sin apoyo económico oficial o privado. No es que no los buscase. Pasa que el canon Gorlero y otros focos de la cursilería regional no alcanzaban la cota. Además, la sensibilidad de capos y mercaderes prefería apoyar al "artista del pelo" Giordano y a otros variospintos proveedores de combustible material y espiritual de la cultísima clientela del Conrad.

 

Esta indiferencia fue el mejor acicate para Yobino. No aflojó y antes del 5º Festival su creación integraba el calendario de los 10 encuentros anuales de jazz más reconocidos del mundo. Era, sin dudas de expertos, el mejor de América del Sur. Toots Thielemans, Paquito D'Rivera, Bebo Valdés, Chano Domínguez, Slide Hampton, Ron Carter, Kenny Barron, McCoy Tyner, Michael Brecker, Chris Potter, Jimmy Green, Danilo Pérez o Hugo Fattoruso, fueron algunos de los artistas (ya han pasado más de 500) que convirtieron su Festival en una de las capitales del jazz.

 

Pero nunca faltan "contras" cuando un soñador se "manijea". La crisis del 2001 lo esperó y lo calzó de cross. Se vió obligado a dejar el tambo de Lapataia y alzar carpa nueva en su finca "El Sosiego", contigua al primero. Acosado por acreedores, envidosos y brujos que "haylos" también en Uruguay, decidió que el Festival no debería ser una obra interrupta.Se tomó forzado año sabático y en este 2010 sorprendió a todos con el 14º Festival que alcanzó por la estética minimalista de los espacios y la originalidad de los artistas y obras escuchadas un punto de calidad sobresaliente. A la que sí apostaron el presidente Tabaré Vasquez (con carta de saludo y apoyo a Yobino leída al público por el propio Paquito D`Rivera, director musical del Festival) y de Danilo Astori, vicepresidente electo , quien, como todos los años, la siguó a medianoche en la jam sessión de la cena de despedida.

 

La ficha de este 14º Festival no registra desniveles. Fue un regreso "con arte y esmero". El asombro llegó de artistas varios: Hamilton de Holanda (brasileño pese a su nombre) con su bandolin de 10 cuerdas, el pianista y compositorBenjamin Taubkin, los argentinos Franco Luciani (armónica) y Abel Rogantini (piano), la banda de la baterista Terri Lyne Carrigyon (con la saxo de origen coreano Grace Kelly (sic), la pianista de origen chino Helen Sung y la cantante Niki Harris; el trío de David Hazeline que sumó como invitado al saxofonista canadiense Grant Stewart; el siempre top vibrafonista Dave Samuels y en las cuatro noches la presencia mayor de Paquito D`Rivera y en la última abordando el homenaje a Benny Goodman ("rey del swing") con el apoyo del brillante y generoso Diego Urcola y la particiapción del bandoneón de Walter Castro en una versión inolvidable de "Oblivion" de Piazzolla, cuyo nieto Daniel "Pipi" fue baterista en el cuarteto del saxo argentino Oscar Feldman que ya tiene "su" público en USA.

 

Yobino ya está soñando su festival número 15. Puede que el 14 haya sido un punto de inflexión y de aquí en más los argentinos (que no han reparado en su obra) y los uruguayos (que tampoco) no lo dejen luchando solo para entregar cada año un acontecimiento como éste. El no muestra ansiedad. "La música me tiene conectado Por lo demás, todo bien. Si llueve comparto mi paraguas y si no tengo paraguas comparto la lluvia". Eso, un buenazo. Que la tiene clara. Y que no afloja nunca. 

 

(*) Especial para Perfil.com