IDEAS
PERFIL 14 AÑOS

Una agenda coherente

El próximo gobierno asumirá con la suma del poder público en comunicaciones: todas las áreas dependen del Poder Ejecutivo.

enacom y radio nacional 20190914
ENACOM y RADIO NACIONAL. Uno de los tantos organismos que han quedado supeditados al Ejecutivo. despues del 10/12. Radio Nacional seguirá, como hace años, alineada con el gobierno. | CEDOC PERFIL.

El impacto y la recurrencia de las crisis de la Argentina en las últimas décadas son una potente advertencia ante la proyección imaginaria y deseada de un futuro de prosperidad. El sector de las comunicaciones, que incluye a los medios tradicionales, a los nuevos medios y plataformas digitales, y a las redes de conectividad fijas y móviles, no carece de gravitación histórica y, por lo tanto, a pesar de los vertiginosos avances tecnológicos que inspiran a quienes clasifican a la presente como “la sociedad de la información”, es necesaria la prudencia a la hora de pensar en su futuro próximo.

El próximo gobierno asumirá en diciembre con la suma del poder público en comunicaciones. El gubernamentalizado Enacom, la Secretaría de Tecnologías de la Información, los medios estatales como Canal 7, Radio Nacional o la Agencia Télam, la distribución de la publicidad oficial, la estratégica empresa ArSat, el área de Protección de Datos Personales, las políticas de Acceso a la Información Pública y hasta la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia dependen en los hechos –contra lo que marcan los estándares internacionales en casi todos esos campos de actividad– del Poder Ejecutivo.

Aunque el principal candidato a la presidencia, Alberto Fernández (Frente de Todos), dijo que sus prioridades son otras, en virtud del colapso socioeconómico de los últimos años que deja como saldo Mauricio Macri, al designar a los nuevos titulares en los órganos mencionados (o al modificar su integración) ya dará señales respecto de cuestiones que, lejos de ser secundarias, inciden en el modo en que la ciudadanía accede a la información y a la cultura a escala masiva y se conecta con servicios básicos, accede al mercado de trabajo y se socializa.

La supervivencia de muchos medios depende de lo que hagan los nuevos gobiernos nacionales, provinciales y municipales

El ejercicio de la libertad de expresión en sus dimensiones individual y colectiva tanto en medios tradicionales como en plataformas digitales, la realización de contenidos culturales nacionales y regionales, la existencia de organizaciones (públicas, empresariales, cooperativas o comunitarias) que produzcan información a escala local en un contexto de cierre y desaparición de medios en localidades pequeñas y medianas, la protección de los datos de las personas, la corrección o moderación del abusos de posición dominante en toda la cadena convergente de las comunicaciones (desde los precios y tarifas de conectividad mayorista y minorista, que repercute en la brecha de acceso a los servicios de información y comunicación, pasando por la exclusivización de los derechos de eventos de interés público, hasta los aportes de las plataformas digitales a la construcción y el mantenimiento de infraestructuras de comunicaciones o la publicidad online) y la moderación de contenidos en Internet son asuntos que difícilmente puedan concebirse como accesorios.

Además, el sector de medios de comunicación en particular es fuertemente "Estadodependiente", es decir que su funcionamiento está determinado por las condiciones que el Gobierno fija en materia de impuestos, condonación de deudas, acceso al crédito, publicidad oficial, reglas de trabajo en blanco, plazo y operación de licencias, pago de gravámenes y a contratos (o sociedades) con el Estado. De modo que la supervivencia misma de muchos medios depende de lo que hagan el próximo gobierno nacional, los provinciales y municipales.

La agenda de políticas públicas para el desarrollo del país será esquizofrénica si separa la necesidad de mejora en las condiciones de vida de las argentinas y los argentinos de la información, la comunicación y la cultura. Si, en cambio, para revertir la crisis actual articula también sus dimensiones cultural y comunicacional, y si avanza en la legitimación de las políticas públicas con otros actores sociales y políticos (no solo los que están representados en el Gobierno, como sucede ahora), habrá una mejor perspectiva de futuro.

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