¿Vuelve Lula? En Brasil hay quienes dicen que el ex presidente ya prepara su candidatura para 2018. Otros creen que, en realidad, se trata de una “cortina de humo” para neutralizar debates prematuros por la sucesión en el Partido de los Trabajadores (PT). Pero todos coinciden en una cosa: Lula da Silva pretende mayor injerencia en el segundo gobierno de Dilma Rousseff que la que tuvo durante el primer mandato de su heredera política.
Según publicó esta semana el diario Folha de São Paulo, basado en fuentes cercanas al ex jefe de Estado, el líder petista habría dicho a sus allegados que quiere postularse al Palacio de Planalto en las próximas elecciones presidenciales, dentro de cuatro años.
De acuerdo con el periódico, Lula planea intervenir con más énfasis en los asuntos de gobierno para evitar que Rousseff cometa los mismos errores que en su primer gobierno, como el alejamiento de los movimientos sociales, el escaso diálogo con los empresarios y la excesiva centralización de la toma de decisiones. “En el cálculo interno, si Dilma hace una gestión impopular a partir de enero, la pretensión de Lula (hacia 2018) podría verse frustrada”.
Durante la campaña, Rousseff dijo que daría todo el apoyo a su mentor político si él quisiera regresar. En la segunda vuelta, sin embargo, Lula sólo entró de lleno en la disputa electoral durante la recta final de la competencia. “Todo indica–afirman sus interlocutores– que la dinámica de la relación cambiará a partir de ahora: Dilma sabe que su antecesor se quejará públicamente en caso de no ser tan oído como él pretende”.
El influyente diario Valor arrojó una hipótesis diferente. “El movimiento Lula 2018 es una cortina de humo –publicó el periódico–. El ex presidente está más preocupado, a corto plazo, por el rumbo de la política económica y la viabilidad que tendrá el nuevo gobierno de Rousseff que por una eventual candidatura dentro de cuatro años”.
Según esta tesis, el lanzamiento de su nombre tiene como objetivo bloquear una interna precipitada en el PT por la sucesión de Dilma. En el oficialismo aparecen nombres como los de los gobernadores electos de Minas Gerais y Bahía, Fernando Pimentel y Jaques Wagner, el alcalde de San Pablo, Fernando Haddad, y el jefe de Gabinete, Aloizio Mercadante, que podrían ser potenciales aspirantes al Planalto en 2018.
De todas formas, Valor coincidió en que el mayor interés actual de Lula es tener una participación más efectiva en el próximo gobierno: “Su intención es ayudar a Dilma, incluso porque no habrá ningún 2018 si su nueva gestión no es mejor que la primera”.