El sismo que sacudió el sur de Asia el lunes dejó al menos 300 muertos en Pakistán y Afganistán, incluidas 12 niñas afganas que fallecieron en una estampida provocada por el pánico, y más de mil heridos, según balances oficiales.
El número de víctimas aún podría aumentar, avisó el responsable del gobierno provincial de Khyber Pakhtunkhwa (noroeste), una de las zonas más afectadas por el seísmo. La labor de los socorristas se ve dificultada por la falta de comunicaciones y la fragilidad de las infraestructuras de la región.
El temblor de magnitud de 7,5 grados en la escala de Richter tuvo su epicentro en Jurm, en la región del Hindu Kush, a 250 kilómetros de Kabul y a una profundidad de 212,5 kilómetros, indicó el Instituto de Geología de Estados Unidos (USGS). El movimiento telúrico, que duró casi un minuto, sacudió edificios de Kabul, Nueva Delhi e Islamabad y provocó movimientos de pánico en la población.
El balance provisional era de al menos 63 muertos en Afganistán. En el vecino Pakistán, las autoridades locales y provinciales dieron cuenta de al menos 214 fallecidos y más de 1.800 heridos.
"Fue terrible. Me recordó 2005", dijo una mujer de unos cincuenta años, que salió corriendo de su casa en el centro de la capital Islamabad.
Hace 10 años, el 8 de octubre de 2005, un terremoto de magnitud 7,6, con un epicentro próximo al del sismo de este lunes, causó la muerte de 75.000 personas y dejó a más de 3,5 millones en la calle. "La cantidad de víctimas no debería ser tan importante como en 2005, pues el hipocentro esta vez era mucho más profundo", dijo un responsable de la autoridad paquistaní de catástrofes naturales.