La grave situación planteada en el sur de Chile, donde un paro regional rechaza el aumento de las tarifas del gas y corta rutas de paso a la Argentina, obligó al gobierno del presidente Sebastián Piñera a enviar a la Patagonia trasandina al carismático ministro de Minería Laurence Golborne, pero eso no sólo no consiguió destrabar el conflicto, sino que el funcionario estuvo a punto de ser agredido por los enardecidos vecinos de Magallanes, debiendo literalmente escapar de la radio local protegido por carabineros.
La crucial negociación que Golborne había llevado adelante con los huelguistas de Magallanes fue suspendida de manera abrupta luego que el movimiento cívico que encabeza la protesta acusara al gobierno de Piñera, y a Golborne obviamente, de "maniobras desleales".
"Ellos estaban negociando con nosotros pero al mismo tiempo abrìan otros canales con otros sectores y los alcaldes, lo que desconocìa nuestra liderazgo en el paro", dijo Pablo Hernández, uno de los líderes de la protesta. Lo cierto es que los ánimos se fueron encrespando en torno a Golborne y ese clima hizo eclosióan cuando el ministro hablaba en los estudios de Radio Bio Bio. Sus palabras generaron la airada reacción de los huelguistas, que rodearon el edificio de la emisora y empezaron a increpar al funcionario, famoso por su protagonismo en el rescate de los 33 mineros en San José.
Ante el cariz que tomaban los acontecimiento, los efectivos de seguridad de la radio llamaron a efectivos de carabineros, que rodearon la radio. Luego de largos y tensos minutos, los soldados custodiaron la salida del vehículo de Golborne, que se fue del lugar bajo una lluvia de insultos. El destino de las negociaciones, a la vista de esa situación, es incierto. "Los contactos deben proseguir, pero se está evaluando en qué términos", dijo Hernández, lamentando que todo "se hubiera atascado cuando las negociaciones habían avanzado bastante".
El presidente Sebastián Piñera confió en la alta popularidad de Golborne para estas negociaciones, que se habían detenido este fin de semana luego de que la Asamblea Ciudadana -entidad cívica que lidera las protestas- rechaza la oferta del gobierno de un alza en el gas de 3% a la espera de una ley que regule las próximas alzas. A su llegada a Punta Arenas, Golborne aseguró que la petición de la Asamblea de 0% de alza era "poco razonable" considerando que existe "inflación y un mayor costo de los suministros de energía".
El gobierno acusa a un "sector minoritario de la Asamblea" magallánica de mantener la región paralizada y "poner la situación económica de la región en conflicto", según señaló el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla. Las movilizaciones, que dejaron ya dos personas muertas, mantienen las principales rutas de acceso a la capital y al aeropuerto, cerrados con piquetes. El gobierno debió evacuar, con ayuda del Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea y la Policía a unas 3.000 personas durante este fin de semana, según Ubilla. Sin embargo, unos 600 argentinos que intentaban cruzar por el extremo sur de Chile se encontraban varados este lunes por las protestas. El estrecho de Magallanes obliga a los argentinos del extremo sur a pasar por rutas de Chile y usar un transbordador para viajar a cualquier otro punto de su país.
Por otro lado, el sector turístico, una de las principales fuentes económicas de la región, ha sido afectado por los cortes de rutas que conectan con Argentina, así como los caminos que se dirigen al emblemático parque nacional de Torres del Paine. Con el objetivo de mantener el orden en la región, el ejecutivo anunció el domingo que invocará la Ley de Seguridad Interior del Estado contra los detenidos por los eventuales desórdenes, que según aseguraron fuentes policiales a la AFP, suman 200 desde el inicio del conflicto.
