INTERNACIONAL
DURAS DECLARACIONES DE LA AUTORA

Allende lamentó que Pinochet muriera impune

La escritora y sobrina delpresidente chileno rompió el silencio que se autoimpuso ante la muerte del dictador. Aseguró que “no se regocija de la muerte de otro, aunque sea un enemigo”.

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| Cedoc

Los Ángeles – La escritora chilena Isabel Allende rompió el silencio que se impuso tras la muerte del dictador Augusto Pinochet en diciembre de 2006, porque no se "regocija con la muerte de otro, aunque sea un enemigo", pero lamentó que falleciera con "toda impunidad".

“Ahora que ha pasado algún tiempo, puedo decir que lamento que Pinochet muriera con toda impunidad, sin haber pagado por sus crímenes ni devuelto el dinero que le robó a Chile", dijo la escritora que en 1975 se exilió en Venezuela, donde inició su carrera.

“No soy el tipo de persona que se regocija con la muerte de otro, aunque sea un enemigo. Pienso que Pinochet tiene familia, hijos y nietos que lo admiran y lo quieren y no me corresponde salir en los periódicos hablando contra el difunto cuando lo están velando", apuntó en un comentario por correo electrónico.

El dictador chileno (1973-1990), que derrocó al primo hermano de su padre, el ex presidente Salvador Allende, ha sido esa figura que alguna vez comparó con el "demonio" y leitmotiv de su partida de Chile, pero cuando el 10 de diciembre murió, la escritora no reaccionó, entre otras cosas, porque estaba "concentrada escribiendo su último libro", dijo entonces su asistente.

Aunque en ese momento afinaba su obra La suma de los días, una recopilación de episodios familiares –además de reflexiones sociales–, que le cuenta a su hija fallecida hace casi 15 años, Paula, Allende aclaró que la muerte de Pinochet no está en el libro.

Desde 1988, Allende vive junto a su esposo norteamericano en San Rafael, un lugar tranquilo en las afueras de San Francisco, en California, y viaja a Chile frecuentemente para visitar a su madre: "Mi compañera inseparable, mi confidente y la receptora de mis cartas diarias", como la describió.

Pero tal como lo ha mencionado en Mi País Inventado, entre otros libros, añora un país al que en alguna ocasión definió de "mojigato", y que le extraña que tenga hoy como presidenta a una madre soltera y agnóstica. "Chile es un país progresista en lo político, la prueba es que en l970 eligió emocráticamente al primer presidente marxista, Salvador Allende, y ha sido gobernado por una coalición de partidos de centro y de izquierda desde l989 hasta el presente", afirmó.

"Sin embargo, Chile es un país muy conservador en lo social y la Iglesia Católica ejerce una gran influencia. El que Michelle Bachelet sea socialista no es extraño, mucho más es que sea madre soltera y agnóstica", opinó.

La escritora de 65 años, cuyos libros han vendido más de 40 millones de ejemplares en todo el mundo con traducciones a 27 idiomas, es seguida con admiración por lectores de cualquier lengua, pero en Chile es una de las más odiadas por sus pares, que se niegan a aceptar que su éxito de ventas sea fruto de una literatura de calidad.

Fuente: AFP