SEUL - La amenaza de Corea del Norte de proceder a un ensayo nuclear está destinada en particular a obtener la suspensión del boicot financiero impuesto por Estados Unidos, que crea cada vez más problemas al régimen de norcoreano, estimaron analistas.
Al anunciar ayer su intención de proceder a una prueba nuclear, Corea del Norte evocó la amenaza creciente que, en su opinión, representa Estados Unidos y en particular las sanciones "viciosas" impuestas en septiembre de 2005 a entidades norcoreanas acusadas de lavado de fondos.
En aquel momento, el Tesoro estadounidense prohibió todas las transacciones con cierto número de instituciones norcoreanas sospechosas de operar con fondos obtenidos de la falsificación de divisas.
El boicot, que se refiere en particular a los bancos que operan con Corea del Norte, fue aceptado por varios países, incluyendo China, uno de los fieles aliados de Pyongyang. El Banco de China, segundo banco público del país, congeló varias cuentas de norcoreanos.
"Estados Unidos advirtió a los bancos que, de no cesar sus actividades con el Norte, perderían el acceso a los mercados financieros estadounidenses", explicó Peter Beck, director para el nordeste asiático del International Crisis Group.
"Esto no forma parte de las sanciones financieras formales, pero participa en las presiones generales para reprimir las actividades bancarias ilegales de Corea del Norte (...). Pero como la red es tan amplia, también atrapa en sus mallas a las actividades legales", subrayó.
La eficacia de las sanciones aumenta y Corea del Norte "pierde el acceso al sistema bancario internacional". "Cortar el tráfico financiero, es lo que le duele a Corea del Norte y le molesta (...). Mientras Estados Unidos adopte más medidas de este tipo, más da motivos a Corea del Norte para responder", explicó el experto.
La política "muy dura" del gobierno de Bush "culminó en una política de sanciones financieras que llevó a la preparación de una prueba" nuclear, estimó en la BBC Selig Harrison, experto estadounidense de vuelta de un viaje a Corea del Norte.
"Pyongyang cree que es el momento adecuado para presionar a Washington, llevarlo a la mesa de negociaciones y a suspender las sanciones financieras", declaró Paik Hak-Soon, del Instituto Sejong de Seúl, destacando la coincidencia del anuncio norcoreano con la campaña para las elecciones parlamentarias norteamericanas del 7 de noviembre.
Chun Sung-hoon, investigador en el Instituto de Corea para la unificación nacional, estimó también que si hay un ensayo nuclear, éste será antes del 7 de noviembre.
Beck destacó que el Corea del Norte no tiene miedo en realidad de una agresión estadounidense. "Saben que Estados Unidos no tiene suficientes soldados ya para estabilizar a Irak y Afganistán".
A menos que China intervenga, "procederán a un ensayo". "La cuestión no es saber si el mismo tendrá lugar, sino cuándo", explicó.