A dos días del inicio de la XVI Cumbre Iberoamericana en Montevideo, Argentina y Uruguay comenzaron a subir el tono en sus declaraciones por el conflicto que mantienen por la instalación de las papeleras a la vera del río Uruguay, en el límite entre las poblaciones de Gualeguaychú y Fray Bentos.
Pese a que aún no esté previsto en agenda un encuentro entre el presidente Néstor Kirchner y su par uruguayo, Tabaré Vázquez, la reunión entre los dos mandatarios en el marco del encuentro iberoamericano no está descartada. Con relación a ese posible encuentro, el canciller uruguayo, Reinaldo Gargano, sostuvo que “estas cumbres tienen este activo de intangible, que los presidentes se encuentren, hablen”.
Por su parte, el vicepresidente uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, afirmó a los medios argentinos que los jefes de Estado “van a tener que hablar” y que la cancillería uruguaya “está haciendo todos los esfuerzos para que ello ocurra”. Sin embargo, fuentes argentinas citadas por el diario Últimas Noticias sostuvieron que Kirchner “reducirá al mínimo” su presencia en Montevideo: “Llegará durante la noche del viernes y se irá sobre el mediodía del sábado”.
Los reclamos por los cortes. En ese marco de idas y vueltas, la cancillería uruguaya envió ayer una nueva nota de protesta a Buenos Aires por la decisión de los vecinos de Gualeguaychú de volver a bloquear un paso fronterizo durante la Cumbre. “En la nota se da cuenta de la decisión de la Asamblea, recordando el laudo del Tribunal del Mercosur" de que los bloqueos violan la libre circulación garantizada por el tratado fundacional del bloque, dijo una fuente de esa cartera.
El puente binacional General San Martín –que une las localidades de Gualeguaychú con la uruguaya Fray Bentos, donde Botnia instalará una planta de celulosa–, ya estuvo bloqueado entre el 14 y el 16 de octubre. Por eso el gobierno uruguayo consideró “improcedente” una carta que le remitieron los ambientalistas de Gualeguaychú a Tabaré Vázquez, en la que le endilgan que “conoce perfectamente los perjuicios que está causando en su pueblo” la instalación de la planta.
Los asambleístas enterrianos también le piden al mandatario charrúa que deje “de hacer falsas promesas a sabiendas de que lo que traerán estas empresas son maldades para los ciudadanos comunes y perjuicios graves para el medio ambiente”. Asimismo, los ambientalistas pidieron en las últimas horas declarar a Uruguay “país agresor” y advirtieron que si la planta de Botnia no es relocalizada fuera de la cuenca del Río Uruguay, podría desatarse la violencia.
Las cancillerías al rojo vivo. Por su parte, el embajador argentino en Montevideo, Hernán Patiño Mayer, afirmó considerar como “lamentable” la declaración de la Asamblea de Gualeguaychú (de que Uruguay es un país agresor) porque “los términos que se utilizan son inaceptables”. Y agregó: “Me parece lamentable que se hayan usado esas terminologías –agregó el diplomático– y que se esté instalando un clima de violencia”.
En tanto, el director de Asuntos Ambientales de la cancillería argentina, Raúl Estrada Oyuela, criticó el bloqueo fronterizo, pero estimó que eso “tiene su contrapartida en el gobierno uruguayo”, que “deliberadamente toma actos que van en contra de lo que ha recomendado la Corte (Internacional de Justicia de La Haya)” a ambos países, de no tomar medidas que agraven el conflicto.
Uruguay ha tomado medidas “que empeoran la situación, como la de otorgar el uso de sesenta millones de metros cúbicos de agua del río Uruguay a la empresa (Botnia) sin haber cumplido las condiciones del Estatuto del río (Uruguay)”, aseguró. “Eso es peor", dijo el funcionario de la cancillería, dado que la medida de Uruguay es "una decisión de Estado".