A más de un mes de la brutal desaparición de 43 estudiantes en el estado de Guerrero, en México, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) viajó al municipio de Iguala y, a pedido de familiares de las víctimas, comenzó a analizar restos humanos hallados en fosas comunes. La misión de los científicos es establecer la identidad de esos cuerpos, en colaboración con las pericias elaboradas por la Procuración General de la República de México. En diálogo con PERFIL, Luis Fondebrider, presidente del equipo, confirmó que están “haciendo un peritaje independiente a pedido de los familiares”.
Los crímenes que conmocionaron a la opinión pública mundial tuvieron lugar el 26 de septiembre, cuando las policías municipales de Iguala y Cocula reprimieron y asesinaron a seis jóvenes estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa –formadora de docentes del nivel primario–, que pretendían viajar a la Ciudad de México para conmemorar el aniversario de la masacre de Tlatelolco. El ataque dejó 25 heridos y 43 desaparecidos, que habrían sido entregados al cartel Guerreros Unidos. El brutal ataque policial fue lanzado por el intendente José Luis Abarca, quien pensaba que los estudiantes se habían movilizado para repudiar un acto político de su esposa, María de los Angeles Pineda.
Para desentrañar ese misterio, los técnicos están liderados por la antropóloga Mercedes Doretti, hija de Magdalena Ruiz Guiñazú y fundadora de la organización. “Los objetivos que tenemos son encontrar los cuerpos y tratar de identificarlos y producir un informe forense para entregar a las autoridades mexicanas. Estamos trabajando sin problemas”, afirmó Fondebrider.
Fundado en 1984 para investigar las desapariciones de personas de la última dictadura militar en la Argentina, el Equipo es una organización científica, no gubernamental y sin fines de lucro, que aplica las ciencias forenses a la investigación de violaciones a los derechos humanos en Latinoamérica, Africa, Asia y Europa. Sus miembros, entrenados por el antropólogo norteamericano Clyde Snow, se convirtieron en referentes mundiales de su disciplina.
Ante el escándalo por la lenta y torpe investigación oficial, los familiares convocaron a los peritos argentinos. “Al principio hubo muchas dificultades para que ellos pudieran acceder a las evidencias; muchas trabas del gobierno local y federal y descoordinación entre ambos niveles. Ahora entendemos que ya tienen más acceso a la evidencia y pueden desempeñar mejor su trabajo”, confió Perseo Quiroz, director ejecutivo de Amnistía Internacional en México. Las autoridades, por su parte, negaron que haya obstrucciones para los argentinos. “Yo tengo mucha confianza en esos peritos”, dijo el procurador general Jesús Murillo Karam.
La desigualdad social, la corrupción y la represión se convirtieron en moneda corriente en Guerrero. En los últimos años, la brutalidad narco convirtió esa tierra en un gigante cementerio sin lápidas. Quien mejor resumió las contradicciones de esa región fue el escritor mexicano Juan Villoro: “En ese territorio bipolar, el carnaval coexiste con el apocalipsis. El emporio turístico de Acapulco y la riqueza de los caciques contrastan con la pobreza extrema de la mayoría de la población... 43 futuros maestros han desaparecido. La dimensión del drama se cifra en una frase que se opone a la impunidad, el oprobio y la injusticia: ‘Yo sé leer’. El México de las armas teme a quienes enseñan a leer”.
Polémica con la prensa
“Sobre México no estamos haciendo declaraciones”, explicó Luis Fondebrider al inicio de la comunicación con PERFIL. Durante la charla, confirmó que su equipo está trabajando en ese país. Pero, por respeto a las familias de las víctimas involucradas, evitó dar detalles de la investigación en curso. Pese a esa cautela profesional, los argentinos tuvieron que desmentir haber formulado declaraciones al portal mexicano Animal Político, en las que habrían cuestionado los peritajes de la Justicia local.
Más allá de esa polémica, el EAAF trabaja en ese país hace diez años. Allí, colaboró en la identificación de mujeres asesinadas en Ciudad Juárez. Además, participa del ambicioso Proyecto Frontera, que busca determinar la identidad de miles de centroamericanos que fueron asesinados al emigrar a los Estados Unidos. “Estamos trabajando en tres de las narcofosas encontradas en los últimos años”, agregó a este diario Fondebrider.