En lo que ya es interpretado como un punto de tensión creciente entre Argentina e Israel, el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner rechazó la convocatoria del Estado de Israel al embajador argentino en Tel Aviv, Carlos García, para que diera explicaciones oficiales sobre el acuerdo firmado con Irán a fin de crear una "Comisión de la Verdad" sobre la causa AMIA.
Como había informado el Gobierno israelí ayer, García "fue citado por la Cancillería de dicho país para solicitarle 'explicaciones' por el Memorandum de Entendimiento acordado entre la República Argentina y la República Islámica de Irán sobre el atentado ocurrido en la Mutual AMIA ubicada en la ciudad de Buenos Aires".
"El atentado sufrido por el pueblo de nuestra patria el 18 de julio de 1994 no involucró a ningún ciudadano israelí", contestó el ministro de Relaciones Exteriores y Culto argentino, Héctor Timerman, en un comunicado que rechaza el pedido de Israel. De acuerdo con la misiva, las víctimas "fueron en su gran mayoría ciudadanos argentinos e incluyen a seis ciudadanos bolivianos, dos polacos y un chileno".
Asimismo, justificó la negativa en que "la Argentina jamás ha citado a un embajador israelí para pedirle explicaciones sobre acciones de su gobierno", según el texto.
"Por lo tanto, la Cancillería argentina expresa que dicha citación para reclamar explicaciones sobre decisiones soberanas de la República Argentina es un acto impropio que se rechaza en forma enérgica y que va en contra de las tradicionales relaciones de amistad que existen entre ambas naciones", concluyó el comunicado.
Divergencias. Para las autoridades israelíes, la versión del atentado a la sede de la AMIA es otra. De acuerdo con un comunicado emitido hoy por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, el director general para Latinoamérica, el embajador Itzhak Shoham, reiteró el "asombro y decepción" de su país ante el acuerdo celebrado entre Argentina e Irán.
En una dura réplica. el diplomático protestó contra la "inaceptable actitud del gobierno argentino hacia Israel, desde el comienzo de los contactos entre Buenos Aires y Teherán".
"La falta de resolución ante el terrorismo envía un mensaje de debilidad. Si Argentina hubiera resuelto el ataque de la Embajada de Israel en 1992, tal vez, la explosión en AMIA no hubiera ocurrido", sentenció.