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presiones para asuncion

Argentina y Brasil condicionan el regreso de Paraguay al Mercosur

Cristina Kirchner y Dilma Rousseff exigen que el presidente electo, Horacio Cartes, asegure que el Congreso paraguayo aceptará a Venezuela dentro del bloque regional.

Otra vez. Cartes recuperó el poder para el Partido Colorado.
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El presidente electo Horacio Cartes quiere que Paraguay vuelva al Mercosur. Pero para eso, antes deberá lograr lo que Fernando Lugo no pudo durante su mandato: que el Parlamento guaraní apruebe el ingreso de Venezuela al bloque. Esa es una de las condiciones impuestas por Brasilia y Buenos Aires, que quedó plasmada el jueves con una reunión de Dilma Rousseff y Cristina Fernández de Kirchner en la Casa Rosada.
Esa posición fue expresada por primera vez esta semana por la Cancillería brasileña. Según el vocero de Itamaraty, Tovar Nunes, “no existe un automatismo” para el regreso inmediato de Paraguay al Mercosur y antes que eso ocurra “varios elementos tienen que ser considerados”. Y el jueves fue el turno de CFK, quien sostuvo, tras un encuentro de siete horas con Rousseff, que no se puede “soslayar hechos muy importantes que han sucedido en la región hace apenas unos días, como fue en Paraguay, integrante del Mercosur, fundador del Mercosur”.
En Asunción, el empresario tabacalero, señalado por presunto contrabando y lavado de dinero, recogió el guante y le hizo un guiño a la integración. “Vamos a hacer todo lo posible para regresar al Mercosur. El compromiso nuestro es poner todo el esfuerzo en que se normalicen las relaciones”, sostuvo Cartes el lunes, después de haber ganado las presidenciales en Paraguay con 45,8% de los votos. “Salir del Mercosur es una tontera. Si bien pueden mejorarse algunas cosas, el atractivo de estar en el Mercosur es demasiado importante. Es generar fuentes de trabajo para nuestros compatriotas”, agregó el líder del Partido Colorado, que devolvió al poder al partido más poderoso del país, tras el fracaso electoral de 2008.
Para eso, Cartes tendrá que convencer a su propia tropa, que en los últimos cinco años bloqueó a Venezuela, argumentando que el régimen gobernado por Hugo Chávez no era democrático. “Cartes es un empresario, guiado por una lógica pragmática. A pesar de haber criticado la intervención de Venezuela en la política paraguaya, su posición será la de fortalecer los proyectos de integración en marcha. Además, el tono y la posición política debilitada del presidente venezolano, Nicolás Maduro, luego de su cuestionado triunfo, abren perspectivas nuevas para admitir hechos nuevos”, confió desde Asunción a PERFIL el analista político Benjamín Fernández Bogado, autor del libro ¿Y ahora qué? Itinerario de la eterna desilusión política de América latina.
Sin embargo, el empresario tendrá que sortear varios obstáculos para lograr ese objetivo. Si bien en el Congreso, en Diputados, el Partido Colorado tendrá mayoría, con 44 legisladores, en el Senado no contará con ese liderazgo. Para aprobar el ingreso de Caracas, los 19 senadores colorados tendrán que aliarse con los cinco representantes del Frente Guasú, la agrupación de izquierda liderada por Lugo, que fue depuesto por los colorados, el Partido Liberal Radical Auténtico de Federico Franco y los oviedistas.
Tras casi un año de turbulencia política en Paraguay, tras el golpe institucional contra el ex
obispo, el país parece reencontrar su senda en el Mercosur y en la Unasur. Cartes, paradójicamente
uno de los artífices de la caída de Lugo, fue felicitado por los presidentes de la
región e invitado a la cumbre del bloque económico que se celebrará en junio en Montevideo. No asistirá porque asumirá recién en agosto.
Pero ya adelantó que buscará regularizar las relaciones diplomáticas de Paraguay con la región,
en una nueva apuesta por la integración regional.
Ahora, deberá lidiar con el Parlamento guaraní, ese alumno rebelde que le generó tantos dolores de cabeza a su antecesor.