Los equipos médicos luchan contrarreloj para intentar controlar las decenas de miles de casos de diarreas y cólera que han brotado en Bangladesh, India y Nepal, después de que se desataron las peores lluvias en décadas en el sur asiático.
Los profesionales ya califican como una " zona de guerra" lo que se vive en estos tres países. Desde el mes de junio, de los diluvios del monzón, al menos 2.000 personas fallecieron y 30 millones de personas fueron afectadas. Muchos han debido abandonar sus casas y sólo pueden ser abastecidos de alimentos por aire o en bote. Los daños se estiman en centenares de millones de dólares.
Las lluvias cesaron por fin ayer en esos países, pero los equipos sanitarios deben hacer frente ahora a la amenaza de las aguas estancadas.
"Es como una zona de guerra", explicó el médico Alejandro Cravioto, director del principal hospital de Dacca, la capital bengalí. "Algunos pacientes están muy enfermos", añadió.
"Hay centenares de miles de refugiados, acampados en las orillas de los ríos y las carreteras, que necesitan comida, agua potable, lugares donde asearse y ropa de abrigo", explicó en un comunicado el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
La Unicef denunció que millones de niños se encuentran privados de educación debido a las inundaciones.
"En este tipo de catástrofes los niños ven morir gente, viven cosas terribles", indicó el portavoz de Unicef Job Zachariah. "La rápida reanudación de las clases en las zonas afectadas es una importante ayuda psicológica para los pequeños traumatizados", añadió.
Los equipos de Unicef intentan controlar con las autoridades locales la situación sanitaria y multiplican las vacunas para los niños contra enfermedades como la rubeola.
La situación más dramática se vive en Bihar, en el noreste de India, con unos 14 millones de afectados, 1,1 millones de hectáreas de tierras agrícolas bajo las aguas, unas 600.000 viviendas destruidas total o parcialmente y hay varios millones de niños que no pueden volver a la escuela.
Ante la amplitud de la catástrofe, las Naciones Unidas, la Cruz Roja y organizaciones no gubernamentales evalúan en varios millones de dólares el monto de la ayuda indispensable.
Estas son las peores lluvias monzónicas de los últimos años en toda la región. Los monzones se producen todos los años de junio a septiembre en el sur de Asia y dejan siempre graves daños.
Fuente: AFP y DPA