El próximo jueves comienza en la Casa de Campo de Madrid
el juicio por los atentados del 11 de marzo de 2004 en la
estación Atocha que dejaron un saldo de 191 personas muertas e hirieron a otras 1.842.
Se trata del juicio más importante en la historia de la España moderna.
En el banquillo,
se sentarán 29 acusados, de los cuales ocho son españoles.
Para todos ellos, la Fiscalía pide un total de 270.885 años de cárcel.
Según informó el diario
20 minutos de España, de todos ellos
sólo tres están acusados de colocar las 13 mochilas cargadas de
explosivos en los trenes, de las cuales explotaron 10.
Sin embargo la investigación habla, al menos, de otros 9 autores materiales, que murieron o
huyeron: 7 se suicidaron en Leganés, otro murió en Irak y
Ouhnane Daoud está con paradero desconocido.
La investigación del juez
Juan del Olmo asegura que los responsables actuaron para
vengar la intervención española en Irak y niega cualquier conexión de los terroristas islamistas
con ETA.
Sin embargo, la defensa de los acusados consiguió incluir en la lista de 650 testigos que
participarán en el juicio –que durará entre cuatro y cinco meses- a tres etarras, que ya
estaban en prisión antes del 11-M.
El del 11-M
será el primer juicio digitalizado de la historia judicial
española, gracias a la inversión del Gobierno, 1,6 millones. Todas las sesiones serán grabadas en
vídeo y audio, y se entregará copias a los abogados.
Por su parte, la presidenta de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M,
Angeles Domínguez, se mostró ayer confiada en que el juicio
ofrezca "respuestas" a los afectados para que puedan "pasar página".
Lamentó que "a día de hoy" todavía no se sepan "cantidad de cosas" sobre lo ocurrido el día
del atentado, y aseguró que es precisamente esta situación lo que les impide seguir con sus vidas.
"Este juicio es una forma de pasar página, cosa que no podemos
hacer aún porque no sabemos la verdad", dijo, según reproduce el diario español
Última hora.