Nelson Mandela es el político jubilado más popular y admirado en todo el mundo. Sin embargo, con 95 años, el expresidente sólo puede comunicarse a través de sus manos por estar internado a causa de una infección pulmonar, y está, según sus allegados, perdiendo la memoria. Mientras lucha por su vida, su familia se enzarzó en una amarga disputa legal para repartirse su fortuna, calculada en 1,7 millones de dólares.
Dos hijas del Premio Nobel de la Paz de 1993, Makaziwe y Zenani, embajadora en la Argentina, le pidieron a la Justicia sudafricana que cese en sus funciones a los directores de las empresas que gestionan la fortuna familiar. Así, las dos mujeres embistieron contra George Bizos –histórico abogado del líder que luchó contra el apartheid–, el ministro de Vivienda Tokyo Sexwale y el anterior letrado de Mandela, Bally Chuene. Ellos defendieron judicialmente al líder del Congreso Nacional Africano y lo visitaron durante sus 27 años en prisión.
Sin embargo, la estrategia legal se volvió en contra de las hijas del exjefe de Estado, ya que Mandla, nieto del legendario político, salió a desmentir que haya dado su consentimiento para pleitear contra los administradores de las empresas. “Considero un insulto cualquier insinuación de que yo pueda ir a los tribunales a luchar por el dinero de mi abuelo”, aseguró el joven. Mandla también está envuelto en la polémica por intentar usufructuar la imagen de Mandela tras querer venderle a la cadena británica BBC los derechos para transmitir el funeral del expresidente.
La disputa jurídica es en torno a dos empresas, que comercializan cuadros que retratan las manos de Mandela y su firma. El expresidente creó esas compañías para acumular dinero para la educación y formación de varias generaciones de sus herederos. De manera deliberada, el líder antiapartheid no permitió que ningún miembro de su familia controlara esos emprendimientos. “Quieren tener en sus manos cosas que no deberían venderse y el dinero de las empresas. Nosotros no somos secuestradores”, respondió indignado Bizos, el abogado de derechos humanos más respetado en Sudáfrica.
En el ocaso de su vida, no se sabe si Mandela conoce la batalla judicial. El expresidente deja como máximo legado un país unido y en crecimiento. Sin embargo, en el plano patrimonial, los Mandela se disputan la fortuna del estadista sudafricano.