Dos estados de Australia descartaron realizar funerales con honores al cardenal George Pell, quien afrontó un proceso judicial tras ser acusado y juzgado por abuso sexual contra dos monaguillos en la década del '90. El sacerdote estuvo en prisión durante 13 meses en 2020 hasta que fue absuelto por el beneficio de la duda.
Fueron Nueva Gales del Sur y Victoria las regiones que se opusieron este jueves 12 de enero a llevar a cabo la ceremonia religiosa que le correspondía al religioso nacido en este último estado y fallecido en Roma a los 81 años. Según explicaron, tomaron esta decisión por "respecto a las víctimas supervivientes del abusos sexual infantil en la Iglesia católica".
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"No habrá servicio conmemorativo ni funeral de Estado porque eso sería algo muy angustioso para cada víctima superviviente del abuso sexual infantil en la Iglesia católica australiana", señaló el gobernador del estado de Victoria, Daniel Andrews, lugar donde Pell nació y donde tuvieron lugar numerosos abusos a menores cuando el ex tesorero del Vaticano ejercía como sacerdote.
En diálogo con la prensa, Andrews le envió sus condolencias a los allegados de Pell y lanzó un mensaje para las víctimas de los abusos cometidos: "Te creemos, te apoyamos y estás en el centro no solo de nuestros pensamientos, no solo de nuestras palabras, sino también de nuestras acciones".
Dominic Perrottet, el gobernador de Nueva Gales del Sur, confirmó que en dicha región tampoco se hará un funeral de Estado para el cardenal, aunque señaló que si se realizaría un servicio religioso organizado por la archidiócesis.
Pell falleció en Roma, donde se llevará a cabo una misa en su honor antes de que sus restos sean repatriados a Australia. Será enterrado en la catedral de Santa María en Sídney. De todas formas, las autoridades de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney, ni el Gobierno federal han anunciado la realización de un funeral de Estado para él.
El cardenal murió el pasado martes de forma repentina como consecuencia de unas complicaciones en una operación de cadera que se había practicado en el último tiempo.
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Un historial de denuncias y una condena
El cardenal Pell nació en Ballarat, Australia, a unos 110 kilómetros de la capital de Victoria, y su carrera como sacerdote lo llevó al arzobispado de Melbourne en 1996 y a Sídney en 2001. El mismo fue nombrado prefecto de la Economía del Vaticano en 2014 y se convirtió en el católico de más alto rango de su país.
Sin embargo, su carrera estuvo marcada por un historial de abusos sexuales a menores cometidos en la iglesia australiana, convirtiéndose en la máxima autoridad de la Iglesia Católica en afrontar un juicio por presuntos abusos sexuales.
Una comisión gubernamental que estudió los abusos cometidos por religiosos precisó que en 2015 hasta 14 sacerdotes en Ballarat abusaron de menores y hubo al menos 130 denuncias realizadas desde 1980. Se recibieron unas 4.500 quejas contra más de 1.800 religiosos por abusos cometidos en el país entre 1985 y 2015.
La investigación determinó en 2017 que Pell era "consciente" de lo que ocurría en la Iglesia. Si bien este siempre negó las acusaciones, sí reconoció que en la década de 1980 "existía un mundo de crímenes y encubrimientos" dentro de la Iglesia católica.
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Su situación se complicó en base a las denuncias registradas entre las décadas de 1960 y 1990, donde el cardenal comenzó su carrera como sacerdote, época en la que se le cargan "múltiples" acusaciones de presunto abuso sexual a menores.
En consecuencia, la Policía de Victoria formuló cargos en su contra en 2017 y la jueza Belinda Wallington encontró que existían suficientes evidencias para abrir un juicio formal por presunta pedofilia. Luego, en 2018, fue declarado culpable de pederastia contra dos monaguillos en diciembre de 1996.
AS/ff
