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Barack Obama sigue esquivando a Cristina Kirchner

La imagen de la Presidenta con la mano en el aire en la cumbre del G-20 es una metáfora de algo inocultable. Cómo ve EE.UU. al gobierno argentino.

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| CEDOC

La imagen de Cristina Kirchner con su mano suspendida en el aire mientras Barack Obama seguía de largo para saludar al primer ministro de Canadá, Stephen Harper, en la Cumbre del G-20 en Londres, terminó representando la más clara metáfora de lo que, a esta altura, se ha vuelto algo inocultable: la administración de los Estados Unidos no tiene ninguna intención de mantener un encuentro directo con el gobierno argentino.

Por lo menos, eso es lo que acaba de confirmarse esta semana, luego de la reunión que mantuvieron el martes Hillary Clinton y Jorge Taiana en el Departamento de Estado. La tan mentada entrevista de los jefes de la diplomacia estadounidense y argentina había sido ampliamente anticipada por los funcionarios del Palacio San Martín como el momento oportuno, aseguraban los hombres de Taiana, para ponerle día y hora a la cita entre Cristina y Obama. Pero esa confirmación nunca llegó y la Presidenta sigue con su mano tendida pero flotando en el aire.

A una semana de la trascendental Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago, que marcará el inicio de una nueva agenda entre Estados Unidos y Latinoamérica, Argentina no forma parte de los interlocutores privilegiados para llevar adelante las negociaciones entre Washington y la región. Es, en cambio, Brasil un actor clave en ese importante “reset” que Obama y Hillary impulsan para América Latina, hasta el punto de fomentar un nuevo lugar para Cuba.

Para dar cuenta del letargo de Argentina, algunos funcionarios norteamericanos mencionan que fue precisamente este país el elegido para celebrar la última reunión de la Cumbre de las Américas, pero recuerdan que en la Cumbre de Mar del Plata de 2005 Estados Unidos no tuvo una muy buena recepción en suelo argentino. Es cierto que muchas cosas han cambiado desde entonces en Washington: Obama no es George Bush. Pero en la Casa Rosada siguen mandando los Kirchner y ese dato no escapa a los norteamericanos que ahora buscan una nueva agenda para la región.

El “oso” de Obama a Cristina en Londres también reflejó un aspecto no menor en las delicadas artes de la diplomacia y el protocolo: la presidenta argentina supuso que el mandatario de Estados Unidos la iba a distinguir con su saludo entre los 20 líderes más importantes de todo el mundo, y por eso entregó su diestra, a la vista de todos. Pero Cristina nunca se percató que desde hace algún tiempo su papel en el escenario internacional ha dejado de ser el de una protagonista. Por eso quedó dibujando una pirueta en el aire. Y a la vista de todos.

(*) Editor de Internacionales del Diario Perfil

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