Pese al clima de inseguridad e incertidumbre, los ecuatorianos se acercaron a votar en la primera vuelta con una asistencia pocas veces vista. Los resultados, provistos con exactitud el lunes pasado, no fueron como las encuestas pronosticaban. Luisa González, candidata correísta, fue la más votada, con el 33,1%. Se enfrentará en el ballottage con Daniel Noboa, de centroderecha, que logró un 23,6%. Christian Zurita, el reemplazo del candidato asesinado 11 días antes de las elecciones, Fernando Villavicencio, alcanzó el tercer puesto, con el 16,51% de los votos.
Luisa González. |
NA
César Ulloa* / Latinoamérica21**
Tras la primera vuelta electoral, la candidata del correísmo, Luisa González, fue la más votada con el 33,1% de los sufragios. Y, el segundo lugar, que disputará la presidencia en el ballottage, fue, sorpresivamente, para el candidato de centroderecha Daniel Noboa, del Movimiento Ecuatoriano Unido, quien obtuvo el 23,6% de los votos.
El tercer puesto fue para Christian Zurita, quien sustituyó al asesinado Fernando Villavicencio con el 16,51%. El sufragio se produjo en un contexto inédito, debido al magnicidio del candidato Villavicencio a 11 días de las elecciones.
Una crisis de inseguridad que podría cerrar el año con cuarenta homicidios por cada 100 mil habitantes y el desempleo como segundo problema para la población, en especial para jóvenes y mujeres. En la contienda electoral se enfrentaron ocho candidatos de todas las tendencias, en donde se posicionaron estos dos temas (inseguridad y desempleo) en todas las campañas con sus propios matices.
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El otro tema relevante fue el medio ambiente, debido al referendo en el que finalmente la ciudadanía optó por dejar bajo tierra el petróleo de la reserva ecológica Yasuní.
Los ecuatorianos acudieron a los recintos de forma masiva, pese al ambiente de inseguridad y a varios incidentes que comprometieron a los candidatos Daniel Noboa y Otto Sonnenholzner en la última semana, quienes presenciaron balaceras entre bandas a metros de donde hacían actividades electorales.
Esto deja un mensaje contundente: ni siquiera las personas más protegidas del país están exentas del peligro por el crimen organizado.
Fracaso de las encuestas. Una vez más, las encuestas fracasaron en los pronósticos. Si bien todas coincidieron en ubicar en primer lugar al correísmo, nadie imaginó que Daniel Noboa, candidato del centro a la derecha y el más joven (35 años), pasaría a la segunda vuelta.
Atrás quedaron los que, aparentemente, tenían las mejores opciones, según los medios de comunicación tradicionales, como el exvicepresidente de centroderecha, Otto Sonnenholzner; el reemplazo del candidato de izquierda asesinado por sicariato; el derechista y outsider, Jan Topic; y el ambientalista, por segunda vez candidato, Yaku Pérez.
La sorpresa: Noboa. En los espacios estelares de la televisión y las radios de cobertura nacional, Noboa pasó desapercibido, incluso meses antes como legislador y como presidente de la Comisión Económica de la Asamblea.
No era convocado ni tampoco fue noticia para los programas de mayor sintonía.
Su candidatura presidencial se presentaría en el 2025, pero nadie imaginaba la disolución de la Asamblea por decisión del presidente, Guillermo Lasso, en el transcurso de un juicio político en su contra.
Daniel Noboa es el heredero del mayor grupo empresarial del Ecuador, además de haberse criado en un contexto político, ya que su padre, Álvaro, fue cinco veces candidato a la presidencia, y en dos de ellas resultó finalista.
Su electorado es nacional y se afinca en una estrategia asistencial y exuberante. Las campañas de los Noboa se caracterizan por la entrega de víveres, sillas de ruedas, colchones, entre otras ayudas a los sectores más vulnerables de todas las regiones del país; aunque su base es la Costa y, específicamente, la provincia del Guayas, donde se ubica el principal puerto del Ecuador.
Su discurso se centra en su programa de gobierno, esencialmente en la generación de empleo y asistencia social, al igual que hizo su padre. Y, a diferencia de sus contrincantes, no entró en la confrontación y se dedicó a recorrer el país, además de tener un desempeño destacado en el debate presidencial, en el que fue muy bien calificado por la opinión pública que lo tenía invisibilizado hasta ese momento.
*César Ulloa es cientista político y comunicador. Coordinador general de Investigación del IAEN, doctor en Ciencias Sociales, por Flacso.
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