Silvio Berlusconi no piensa en desaparecer de la arena política italiana, como desean sus numerosos adversarios. Por el contrario, él se considera el “vencedor moral” de las elecciones del domingo y lunes pasados y ya está alineando los recursos con los que cuenta para convertirse en el líder de la oposición, a la espera de un fracaso de su sucesor, Romano Prodi.
En la carta publicada ayer en Corriere della Sera, “Il Cavaliere” afirmó que “no hubo vencedores ni vencidos”, aunque dejó en claro que se considera el “vencedor moral” de esos comicios en la medida en que su coalición prevaleció en “las zonas industriales del norte y en las regiones más productivas del centro y el sur”.
Luego de advertir a Prodi que “no busque testarudamente una prueba de fuerza”, le propuso un “acuerdo parcial, limitado en el tiempo”, para encarar algunas grandes cuestiones “institucionales, económicas e internacionales”, sobre las que no entró en detalles.
La propuesta fue rápidamente rechazada por Prodi y otros dirigentes de la alianza ganadora, La Unión, una respuesta que Berlusconi pareció prever en su carta, en la que advirtió que, “si prevalece una línea extremista, Fuerza Italia y sus aliados (su coalición conservadora) conducirán una coherente y rigurosa batalla en la defensa de los valores y de los intereses que nos han sido confiados por el 50 por ciento de los electores”.
Su partido se consolidó como la principal fuerza política de Italia
De paso, recordó que sus opositores alojaban al “partido del No”, en alusión a los comunistas de Fausto Bertinotti, quien fue uno de los grandes ganadores de las elecciones ya que duplicó su caudal y llegó al 7,4 por ciento.
Es un lenguaje a tono con el espíritu belicoso de Berlusconi, un magnate de los medios de comunicación que es el hombre más rico de Italia, con una fortuna personal estimada en 12 mil millones de dólares.
En el plano económico, Berlusconi cuenta con un holding, cuyas piezas más conocidas son los tres canales de su red de TV, Mediaset, dirigida por Fedele Confalonieri, su gran amigo: Confalonieri tocaba el piano cuando Berlusconi se ganaba la vida como intérprete de boleros y canciones napolitanas en los cruceros del Mediterráneo, derrota. Aunque aún no lo admite, Berlusconi fue derrotado por menos de 25.000 votos en las elecciones de domingo y lunes. mucho antes, claro, de que Il Cavaliere hiciera fortuna.
Berlusconi cuenta con un holding, cuyas piezas más conocidas son los tres canales de su red de TV, Mediaset, dirigida por Fedele Confalonieri.
Además, tiene al Milan, el popular club de fútbol, siempre pronto a darle una tribuna desde la cual ocupar las primeras planas de los diarios y los títulos principales de los noticieros de la TV.
En el plano estrictamente político, su Forza Italia se consolidó como el primer partido italiano, con 24 por ciento de los votos, superando por más de 6 puntos porcentuales a los Democráticos de Izquierda, los ex comunistas que forman parte de la coalición de Prodi.
Según el analista Renato Mannheimer, uno de los puntos destacados de la reciente campaña electoral fue “el éxito de la estrategia” berlusconiana para movilizar a sus electores, que incluyó críticas y hasta insultos a sus rivales.
Este resultado no fue captado ni siquiera por las encuestas de boca de urna. Parece suceder con los votantes de Berlusconi lo mismo que ocurría con los partidarios de la vieja Democracia Cristiana, que siempre perdía en los sondeos pero ganaba en las urnas: no se sienten muy cómodos de admitir su pertenencia política.
