La era Monti ha acabado. Después de un año de pesadas reformas sobre jubilaciones y trabajo, austeridad y sostén a golpes de votos de confianza, el profesor y economista ha anunciado las futuras dimisiones después de la aprobación de la ley de presupuestos mientras Berlusconi vuelve y sopla sobre la desilusión y el populismo.
En el coloquio con el Jefe del Estado Giorgio Napolitano, Mario Monti, aunque expresando las perplejidades sobre una crisis de gobierno en un momento de ligera reanudación y muy crucial sobre el perfil europeo y internacional ha expresado la convicción que el partido de mayoría pregunta de ir al voto y que no hay las condiciones para continuar y habría dicho que este gesto implicará grandes problemas sobre las inversiones internacionales y sobre el “spread.”
Como preanunciado el Pueblo de la Libertad en llena caída de consentimientos y falto de líder ha vuelto en las manos de Silvio Berlusconi que ha decidido desconfiar a Mario Monti, acusando su gobierno de haber aumentado pobreza, paro, impuestos y especulación y prometiendo un seguro nuevo triunfo en las elecciones del próximo año, cada vez más vecinas y siempre con la misma ley electoral, el asillamado “Porcellum” que no favorece mayorías ciertas en Parlamento.