Joe Biden llegó ayer a Corea del Sur, en su primera visita como presidente de Estados Unidos a Asia, donde espera reforzar los vínculos en materia de seguridad con sus aliados regionales, en un contexto de preocupación por un posible ensayo nuclear norcoreano.
Tras aterrizar en la base aérea de Osan, Biden se dirigió este viernes a una fábrica de semiconductores del gigante tecnológico surcoreano Samsung en Pyeongtaek, donde fue recibido de manera calurosa por el nuevo presidente de ese país, Yoon Suk-yeol, un político proestadounidense.
En sus primeras declaraciones en tierra surcoreana, el mandatario estadounidense dijo que la alianza entre los dos países era “un eje de paz, estabilidad y prosperidad” en la región y en el mundo.
El demócrata de 79 años, para quien la confrontación con China es la principal preocupación geopolítica de los años por venir, continuará su gira el domingo en Japón.
Estados Unidos estima que hay una “posibilidad real” de que Corea del Norte proceda “a un nuevo disparo de misil” o “a una prueba nuclear” durante el viaje, indicó a periodistas el asesor para la Seguridad Nacional norteamericano, Jake Sullivan, a bordo del avión Air Force One.
En la planta de Samsung, compañía que emplea a unas 20.000 personas en Estados Unidos y trabaja actualmente en la construcción de una fábrica de semiconductores en Texas, Biden destacó que los chips son una “maravilla de la innovación” crucial para la economía mundial.
Estos pequeños artefactos “posibilitan nuestras vidas modernas” y son “la llave que nos impulsa a una nueva era del desarrollo tecnológico de la humanidad”, agregó.
Corea del Sur y Estados Unidos deben trabajar para mantener cadenas de suministro que sean “resilientes, fiables y seguras”, añadió.
“La guerra brutal de Putin en Ucrania ha destacado aún más la necesidad de asegurar nuestra cadena de suministro”, añadió.
Corea del Sur es un gran productor de semiconductores y fabrica cerca del 70% de los chips que se utilizan en el mundo, dijo Yoon en su discurso.
“Los semiconductores se han convertido ahora en algo parecido a una mercancía estratégica”, dijo a la AFP Vladimir Tikhonov, profesor de estudios coreanos en la Universidad de Oslo.
Taiwán y Corea del Norte. Además de sus conversaciones con los gobernantes de Corea del Sur y Japón, Biden participará en Tokio en una cumbre regional del grupo Quad, que incluye a Australia, India, Japón y Estados Unidos.
Estados Unidos quiere “afirmar la imagen de lo que podría ser el mundo si las democracias y las sociedades abiertas del mundo se unieran para dictar las reglas del juego” alrededor del “liderazgo” estadounidense, indicó Sullivan.
“Creemos que este mensaje será escuchado en Pekín. Pero no es un mensaje negativo y no va dirigido contra ningún país”, dijo.
China y Taiwán están sin embargo en las mentes de todos.
A principios de este mes, el director de la CIA, William Burns, dijo que Pekín estaba observando “con atención” la invasión rusa de Ucrania y sacará lecciones de “los costos y las consecuencias” de una toma de control por la fuerza de la isla de Taiwán.
La Casa Blanca precisó que en la primera etapa de su gira, Biden visitará a las tropas estadounidenses y surcoreanas, pero no realizará el tradicional viaje presidencial a la frontera fortificada, conocida como DMZ, entre las dos Coreas.
Nuclear. La administración Biden declaró varias veces, en vano, que estaba dispuesta a dialogar con Corea del Norte, a pesar de que el país realizó varias pruebas de misiles desde el inicio del año.
Seúl y Washington esperan que Pyongyang retome de manera inminente sus ensayos nucleares, tras haber llevado a cabo seis entre 2006 y 2017.
Según los servicios de inteligencia estadounidenses, existe una “posibilidad real” de que Corea del Norte busque organizar una “provocación” tras la llegada de Biden a Seúl el viernes.
Esto podría significar “nuevos ensayos de misiles, ensayos de misiles de largo alcance o un ensayo nuclear, o dos” antes, durante o tras la gira de Biden en la región, indicó Sullivan.
“Sabemos lo que haremos para responder. Nos hemos comunicado no solo con nuestros aliados, sino también con China”, agregó. Aunque negó que un evento de ese tipo sería visto como un revés diplomático para el presidente. “Esto resaltaría uno de los principales mensajes que enviamos durante este viaje, que es que Estados Unidos está presente para sus aliados y socios”.