El Gobierno de brasileño de Jair Bolsonaro aceptó el pedido de Reino Unido para que los aviones británicos hagan escalas en su territorio y se dirijan a las Islas Malvinas. Por lo mismo, Argentina rechazó el pedido y expresó su preocupación a fines de enero.
La decisión despertó una rápida polémica, ya que Brasil fue uno de los países que históricamente apoyó la soberanía argentina sobre las islas. Incluso, desde la Cancillería argentina se remarcó que solo en enero el Reino Unido realizó siete viajes hacia las islas ocupadas.
Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño explicaron en un comunicado que "Brasil apoya los legítimos derechos de Argentina en la disputa de soberanía" sobre el territorio. Sin embargo, aclararon que eso "no afecta las relaciones con el Reino Unido, un socio importante para Brasil".
El pasado 31 de enero, el Gobierno argentino pidió que "el gobierno brasileño procure restringir la concesión de permisos para aeronaves militares británicas procedentes de islas Malvinas o con ese destino, únicamente a casos estrictamente humanitarios".
Además, para el Gobierno nacional estos vuelos que autoriza su principal socio comercial "constituyen una manifestación adicional de la ilegítima presencia militar del Reino Unido en el Atlántico Sur",. Por eso insisten que contradice a la política "de apego a la búsqueda de una solución pacífica a la disputa de soberanía", señaló una carta que firmó el embajador Daniel Scioli.
Un documento que difundió la agencia de noticias Télam detalla que los aviones militares británicos aterrizaron y despegaron los días 9, 14, 15, 22, 24, 26 y 28 de enero. Estos usaron los aeropuertos de Rio de Janeiro, San Pablo, Porto Alegre y Recife.
"Su continuidad en el tiempo podría ser publicitada como una suerte de aceptación brasileña a la presencia de una base militar en el Atlántico Sur", advirtió el Gobierno argentino. Además, afirmaron que la decisión "tiene una finalidad política".
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