San Pablo - La crisis aérea en Brasil desató un verdadero caos la noche del viernes por las medidas de fuerza de los controladores de vuelo que provocaron el cierre de los 49 aeropuertos comerciales del país y el arresto de 18 funcionarios.
La estatal Infraero --administrador de las terminales-- informó a la prensa que fueron suspendidos todos los despegues de vuelos en los aeropuertos, con lo cual quedó paralizada la actividad, excepto para aterrizaje de aviones ya en vuelo.
Es la primera vez en la historia que se registra un caso así en Brasil. El nudo del problema está en el principal centro de control, el Cindacta-1 de Brasilia, que monitorea vuelos de los estados de Sao Paulo, Minas Gerais, Rio de Janeiro, Espirito Santo (sudeste), Goiás, Brasilia (centro), sur de Tocantins y Mato Grosso (centro).
Entre las terminales afectadas está la más transitada del país, Congonhas, que tenía atrasos en 87% de los vuelos. La tensión y el caos se apoderó de los salones de los aeropuertos, donde miles de pasajeros formaban largas filas durante varias horas en medio de fuertes protestas, lo que generó algunos incidentes y obligó a las autoridades policiales a reforzar la seguridad.
El cierre de los aeropuertos se decidió tras efectivizarse en Brasilia una huelga de hambre y acuartelamiento con cese de actividades de unos 200 controladores, que reclaman mejores condiciones laborales y salariales.
Como los jerarcas militares exigieron el cese inmediato so pena de sanciones, los 'rebeldes' comunicaron a colegas de otras regiones que eran amenazados y el problema se extendió.
Las autoridades aeronáuticas ordenaron el arresto de 18 controladores que se habían recluido en las instalaciones, informó la cadena Globo.
Mientras el presidente Luiz Inacio Lula da Silva viajó a Estados Unidos, fue citado de urgencia a Brasilia el vice José Alencar, que estaba en Belo Horizonte (sudeste).
El ministro de Defensa, Waldir Pires, dijo en rueda de prensa, antes de estallar las medidas, que reconocía el derecho de los controladores, pero advirtió: "no podemos quedar rehén de nadie, tenemos que atender los intereses del pueblo brasileño..."
Un comunicado del Sindicato Nacional de los Trabajadores de Protección al Vuelo había advertido más temprano del paro en caso de no atenderse las exigencias. Este sindicato agrupa a los controladores civiles, que son 10% del sector.
Los controladores civiles reivindican, entre otros, mejor salario, que su profesión sea desmilitarizada, que se cree una comisión para aportar soluciones a la crisis y que acaben "las persecuciones" y despidos de colegas responsabilizados por probelmas del sector.
La crisis del sistema estalló hace seis meses, cuando los controladores comenzaron a trabajar a reglamento (con restricciones) exigiendo mejoras y la contratación de más efectivos tras el peor accidente de la aviación brasileña, que en setiembre mató a 154 ocupantes de un Boeing 737 de la compañía Gol.
Como telón de fondo de la crisis está un diferendo entre civiles y militares por el control aeronáutico, actualmente en manos de la Fuerza Aérea. El lunes el presidente Luiz Inacio Lula da Silva exigió de sus ministros y organismos oficiales "un pronóstico preciso" de la crisis de la aviación.
Fuente: AFP