Escenas de torturas, persecuciones, detenciones y enfrentamientos, mezcladas con el clásico romanticismo de las telenovelas brasileñas. Con ese cóctel explosivo, Amor y revolución pretende cautivar a los telespectadores centrando su trama en los años de plomo y la lucha contra la última dictadura militar en Brasil. Y, con los antecedentes argentinos de Montecristo y el capítulo sobre las Madres de Plaza de Mayo de Lo que el viento nos dejó, que abordaron temáticas vinculadas con los derechos humanos, el programa desató una oleada de manifestaciones a favor y en contra.
Erigiendo a una guerrillera comunista en el rol protagónico, en un papel similar al que desempeñó la presidenta Dilma Rousseff durante la dictadura, la telenovela que se emite por el canal SBT en horario central y marcha tercera en el rating, generó malestar en las Fuerzas Armadas, que emitieron ayer un comunicado exigiendo que se deje de emitir y acusaron al gobierno de apoyar la producción.
Abimgaer, una entidad que agrupa a oficiales retirados de la Aeronáutica, propuso el fin de la emisión del teleteatro que, según esa agrupación, alimenta una imagen “perjudicial” de las Fuerzas Armadas. “¿Cuál es la finalidad de la novela? ¿Acaso su objetivo es revivir el tema del régimen militar?”, planteó el comunicado. “Es obvio que el gobierno federal, a través de la Comisión de la Verdad, está participando y da respaldo a la exhibición de la novela”, sostiene el documento firmado por 537 militares.
Desde el Partido Militar, el capitán de la Policía Augusto Rosa descartó en diálogo con PERFIL cualquier tipo de malestar: “El programa es excelente porque muestra la historia de Brasil. No podemos ocultar nuestro pasado, tenemos que mostrar todos los hechos y cada uno debe sacar sus conclusiones. Así es como vivimos en una democracia”.
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