En el sudeste del país. La zona más afectada es la región serrana de
Río de Janeiro. En ese estado, ya son
12 los municipios declarados en emergencia. En el nordeste del país hay una dura
sequía.
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Cedoc
Las constantes lluvias que cayeron durante la última semana en el sudeste de Brasildejaron al menos 34 muertos, 27 solamente en el estado de Río de Janeiro, con miles de desalojados en varios estados, mientras que el nordeste del país es azotado por una dura sequía.
La zona más afectada por los temporales fue la región serrana de Río de Janeiro, en la ciudad de Nova Friburgo, con 11 muertos y donde se reunía el gobernador del estado, Sergio Cabral, con alcaldes y el Secretario nacional de Defensa Civil, Jorge Pimentel, para establecer un plan de emergencia.
En el estado de Río, Defensa Civil divulgó un boletín que indicaba que había 27 muertos, ocho heridos, 13.839 desalojados y 2.371 desabrigados –que perdieron su casa-. La última víctima fue una mujer hallada este domingo bajo escombros en la ciudad serrana de Sumidouro.
El director del cuerpo, José Queiroz, dijo que son 12 los municipios en estado de emergencia -que abrigan ciudades conocidas a unos 100km de promedio de Río-, golpeados por deslizamientos de tierra, derrumbes e inundaciones e incluso la caída de un puente en la ciudad de Campos (noroeste de Río).
Trabajan en el área al menos 500 bomberos y 130 técnicos de defensa civil. El panorama también era complicado en los estados vecinos de Sao Paulo, Minas Gerais y Espirito Santo.
Las fuertes lluvias dejaron también cuatro muertos en Sao Paulo y unos 1.300 evacuados, mientras en Minas se confirmaron las primeras tres muertes el sábado -suman ya 20 desde el inicio del período de lluvias en octubre-.
La Secretaría Nacional de Defensa Civil dispone de 57 millones de reales (casi USD 26,5 millones) para atender estas emergencias en la región con socorro a las víctimas y abastecimiento de medicinas, alimentos y abrigos.
Los problemas más serios son los deslizamientos de tierra y el derrumbe de viviendas precarias, pero además hay rutas inutilizadas, barro acumulado, ríos desbordados y enfermedades.
Paradójicamente, la sequía azota a seis estados del nordeste de Brasil y agota las reservas de agua en la región y pone en riesgo cultivos.
Solamente en el estado de Piauí hay 76 municipios en emergencia y en la región semiárida de Ceará hay 55 que dependen de abastecimiento con carros bombas.
