Michael Marin, un broker millonario de Wall Street de 53 años, se enfrentaba a 16 años de cárcel por quemar su mansión para salir de la ruina. Incapaz de afrontar la vida desde una celda hunde su cabeza, abre el puño e ingiere una píldora, posiblemente un fuerte veneno, mientras el juez prosigue.
Pocos minutos más tarde, posa la cabeza de nuevo sobre sus manos por segunda vez para toma algo. La sustancia ingerida hace su efecto y Michael Marin convulsiona y cae fulminado, según reseña ABC. El video conmocionó a toda la opinión pública estadounidense.
La mansión de 3 millones de euros de Marin albergaba Picassos que solía exhibir orgulloso ante las cámaras de televisión. Pero cuando llegó la crisis financiera, este padre de cuatro hijos la quemó para cobrar el seguro. Los bomberos peritos señalaron que había material inflamable por toda la casa y que el fuego tuvo su origen en varios lugares.
Detenido, juzgado e impuesta una pena equiparable al asesinato en segundo grado, según el código penal norteamericano, Michael Marin no lo pudo soportar. Se espera que en los próximos días los exámenes toxicológicos revelen qué veneno tomó.