INTERNACIONAL

Buscan detener el petróleo que avanza hacia EE.UU.

Es una caja blanca que mide 4 pisos de altura y es por ahora la única solución que tienen a mano, aunque todos rezan y nadie asegura totalmente que la idea vaya a funcionar.

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| AFP

Es una caja blanca que mide 4 pisos de altura y es por ahora la única solución que tienen a mano, aunque todos rezan y nadie asegura totalmente que la idea vaya a funcionar. Así está la situación en el Golfo de México donde explotara una plataforma petrolera de British Petroleum hace ya dos semanas, en donde murieron 11 operarios, y en la cual a 1.500 metros en el fondo del mar ha quedado expuesta una cañería de extracción enorme que sin control dispersa casi 5.000 barriles de petróleo diarios, dañando todo el ecosistema del delta del Mississippi, en el Sur de EE.UU.

El “Dome”, o el Domo, tal cual le llaman, sería una suerte de campana que quedaría montada sobre la pérdida y serviría para evitar la dispersión del petróleo, y éste a la vez sería succionado por barcos tanques a través de mangueras de alta presión.

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El desastre ecológico ocurrido con la plataforma de la British Petroleum cambiará para siempre la forma de operar en altas profundidades y generará muchos debates de seguridad. También le representará a la firma inglesa un costo enorme, que aun no se puede medir. El caso del buque tanque Exxon Valdéz que encallara en Alaska en 1989 terminó costando 3 mil millones de dólares a la Exxon, y ahora ya se prevé que este desastre nuevo costará varias veces más. La “BP” ha dicho que se va a hacer cargo de toda la operación de limpieza y que solo pagará los reclamos legítimos de daños a las industrias pesqueras, muchas de las cuales hace días que no pueden operar, y no podrán hacerlo por un largo tiempo. Se trata de una las regiones donde el mar es el “recurso” central para muchas economías regionales que abastecían de alimentos procesados a todo Estados Unidos y que a la vez viven del turismo.

BP ha dicho que ha utilizado ya toda la tecnología disponible para parar la pérdida, inclusive unos robots, que poco pudieron hacer en las profundidades del mar, siendo la enorme campana de acero una de sus últimas chances. Por ahora se han dedicado a quemar gran parte del petróleo que ha contaminado el mar y han utilizado detergentes especiales, aunque también éstos constituyen un riego para el medio ambiente.

Mientras el petróleo sigue afectando las islas de Louisiana, espantando a todo aquel que quiera zambullirse en el mar, miembros del Congreso norteamericano han decidido enviar una comisión parlamentaria a la zona. También se esperan debates e interrogatorios en Washington la semana entrante.

En conferencia de prensa los gobernadores del Estado de Mississippi Haley Barbour y el de la Florida, Charlie Crist, explicaron detalles de cómo se va realizar la maniobra para poder contener la pérdida, hablaron de buen tiempo, y les pidieron a los turistas que no dejen de venir a la región, aunque sea a jugar al golf y a disfrutar de las playas, las que según ellos, están libres y bien controladas, pese a que los habitantes del lugar están alarmados por el color de las aguas cercanas, por las tortugas marinas que aparecen empetroladas, y por el olor a “carburante” que está teniendo el mar en estos días angustiantes. La búsqueda de petróleo en alta mar demuestra una vez más lo complicado y riesgoso que puede resultar cualquier negligencia.

 

(*) Especial para Perfil.com