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Carne de can en EE.UU.

Buscan detener reclutamiento de latinos para la guerra

Con charlas en escuelas, el Proyecto Guerrero Azteca intenta limitar el éxito de los reclutadores entre los jóvenes hispanos. El Gobiernoles promete residencia permanente a cambio de enlistarse.

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| AFP

Escondido, EE.UU- " Por mi hijo muerto en Irak es mi cruzada contra el reclutamiento de nuestros muchachos", afirma Fernando Suárez, padre de un soldado muerto en territorio iraquí en 2003, líder de una cruzada contra el reclutamiento de jóvenes hispanos en el sur de California.

" Tenemos que detener el acoso que sufren los muchachos en las escuelas por parte de los reclutadores militares y si algún joven desea enlistarse que lo haga con conocimiento de causa y por vocación, no por presiones económicas, psicológicas ni mentiras", dijo Suárez a la agencia AFP.

Suárez es de Tijuana, ciudad fronteriza con San Diego, que hoy conmemorará el cumpleaños 25 de Jesús Suárez, su hijo, quien engrosó la primera lista de soldados de Estados Unidos muertos en Irak en 2003, "adonde siempre me opuse a que fuera".

Desde el dolor fundó el Proyecto Guerrero Azteca, donde se alía con profesores de escuelas públicas, jóvenes de centros de estudiantes e inclusos asociaciones de veteranos de guerra, llevando un mensaje de paz e intentando limitar el éxito que tienen los reclutadores entre los chicos.

"Sobre todo ahora que tratan de resucitar en Washington el 'Dream Act'", alertó el profesor Jorge Mariscal, del Departamento de Estudios Chicanos y Latinos de la Universidad de California en San Diego y activista de YANO (Oportunidades No-militares para los Jóvenes).

Se trata de una propuesta de ley respaldada por responsables del Pentágono e incluso organizaciones hispanas, que incluye un punto que apunta a atraer a más jóvenes extranjeros a las fuerzas armadas.

La Ley de Ayuda al Desarrollo y Educación para Menores Extranjeros (DREAM, por sus siglas en inglés) ofrece una vía a la residencia permanente para jóvenes indocumentados que fueron criados, y completaron la escuela secundaria, en Estados Unidos.

Aquellos que califiquen tendrían que completar dos años de universidad o alistarse en las fuerzas armadas para conseguir la "green card" (residencia): un aliciente importante en un país donde viven unos 12 millones de indocumentados y se estima en unos seis millones el número de niños sin papeles.

"Los hispanos somos la carne de cañón perfecta y alistarse en las fuerzas militares es mucho más fácil. Ir a la universidad es cosa de ricos", opinó el portavoz de Proyecto Guerrero Azteca.

Suárez no persuadió a su hijo contra las fuerzas armadas en San Diego, donde está la base de los marines más grande de Estados Unidos, Camp Pendlenton, "porque los argumentos de los reclutadores eran muy buenos: oportunidad de desarrollo profesional, sacar adelante a la familia y ciudadanía".

Según Suárez, su hijo se dio cuenta al poco tiempo que no era todo cierto, pero "salirse no es fácil, se convierte en una batalla de David contra Goliat, porque ellos firman papeles apenas entran que los comprometen con las filas y si se arrepienten hay que buscarse abogados y eso es caro", explicó.

Suárez junto a otros activistas visitan barrios y escuelas públicas en San Diego, donde más del 35% de la población de unos dos millones de personas es hispana desde que murió su hijo y "descubrió la mentira sobre la muerte de Jesús a sus 20 años", dijo.

" Nos dijeron que no podríamos verlo muerto porque su cara estaba destrozada por una explosión de 'fuego enemigo', pero antes de los funerales los periodistas me consultaron sobre la polémica por las causas de la muerte de mi hijo, Guerrero Azteca", como lo llamaba y como bautizó su organización.

Enfrentado a los militares, Suárez se empeñó en que su hijo fuera enterrado en un cementerio civil, y en pleno funeral en Escondido, suburbio hispano en San Diego, se peleó con los cadetes que vigilaban el féretro para abrirlo a la fuerza.

" Descubrí que el rostro de Jesús estaba intacto y tenía las extremidades destrozadas". Todavía no sabe cómo murió Jesús ni por qué le mintieron a su familia del soldado.

"Pero mi lucha está centrada en ir a los colegios que me lo permitan para alertar a los jóvenes sobre los peligros de hacer el servicio militar", indicó.

" Los reclutadores van a las escuelas públicas de mayoría hispana y negra a convencerlos. Hasta están construyendo un polígono de tiro al lado de la escuela pública más grande del centro de San Diego", denunció el profesor Mariscal.

Las autoridades estadounidenses afirman que entre la comunidad hispana -de más de 44 millones de personas-, existe "honor y orgullo" de sumarse a las filas militares.

"Eso es una gran falsedad, el reclutamientos en Estados Unidos apunta a clases vulnerables y en el caso de las comunidades hispanas, de mexicanos y centroamericanos, los convencen por el lado de un futuro mejor", señaló Mariscal.

Fuente: AFP